20/09/2025
La tecnología avanza…, la Medicina y los pacientes se benefician de ello.
Veamos: Un dispositivo portátil podría hacer que decir "Alexa, ¿qué hora es?" en voz alta sea cosa del pasado. Una interfaz neuronal de inteligencia artificial (IA) llamada AlterEgo promete permitir a los usuarios comunicarse en silencio simplemente articulando palabras internamente. Colocado sobre la oreja, el dispositivo facilita la vida diaria mediante la comunicación en vivo con internet. "Te da el poder de la telepatía, pero solo para los pensamientos que quieres compartir", afirma Arnav Kapur, director ejecutivo de AlterEgo, con sede en Cambridge, Massachusetts. Kapur presentó el dispositivo el 8 de septiembre.
El dispositivo no lee la actividad cerebral, sino que predice lo que el usuario quiere decir a partir de las señales de los músculos utilizados para hablar y luego envía la información de audio al oído. Los investigadores afirman que su tecnología no invasiva podría ayudar a las personas con enfermedad de la neurona motora (esclerosis lateral amiotrófica; ELA) y esclerosis múltiple (EM) que tienen dificultades para hablar, pero también desean que los dispositivos estén disponibles comercialmente para uso general.
En un video promocional en el sitio web de AlterEgo, Kapur afirma que "se trata de un avance revolucionario con el potencial de cambiar la forma en que interactuamos con nuestra tecnología, entre nosotros y con el mundo que nos rodea".
"La gran pregunta es: ¿qué probabilidades hay de que ese potencial se haga realidad?", afirma Howard Chizeck, ingeniero eléctrico e informático de la Universidad de Washington en Seattle. Chizeck afirma que la tecnología parece viable y supone un menor riesgo para la privacidad que dispositivos de escucha como Alexa de Amazon, pero no está convencido de que el dispositivo se popularice para uso comercial.
Discurso silencioso
Las interfaces cerebro-computadora, como las de Neuralink, la empresa de Elon Musk, suelen requerir la implantación quirúrgica de electrodos en el cerebro para registrar y enviar señales entre neuronas. AlterEgo funciona de forma diferente. "Utiliza señales neuromusculares que se utilizarían en el habla, por lo que es como hablar en silencio", explica Chizeck. La clara ventaja es que no es invasivo. No es necesario implantar chips en el cerebro, con el riesgo de infección y cirugía.
El dispositivo funciona midiendo los patrones de habla en el rostro. Al hablar en voz alta, pronunciar palabras en silencio o articular palabras internamente, la información se envía desde el cerebro a los nervios craneales y a los músculos articulatorios, incluso si el rostro no se mueve. AlterEgo detecta señales eléctricas en los músculos articulatorios y envía los datos a modelos de IA que predicen lo que el usuario quiere decir. El dispositivo luego comunica el audio al usuario a través de auriculares de conducción ósea.
El proyecto AlterEgo nació en el Media Lab del MIT en 2018. Los auriculares originales eran grandes y toscos, dice Kapur, y su detección del habla se vio limitada por las capacidades de la inteligencia artificial de la época. Tenía una funcionalidad limitada, pero podía buscar en la web y "pedir pizzas". Desde entonces, los ingenieros han incorporado nuevas capacidades de IA para el reconocimiento de voz, y el proyecto se convirtió en una empresa con fines de lucro a principios de este año. Aplicaciones clínicas
La tecnología está dirigida a personas con afecciones que dificultan el habla, como disartria o disfonía. AlterEgo se está probando actualmente en personas con ELA o EM.
“Un paciente con bloqueo total no podría usar el sistema, pero muchas veces hay una señal escasa en el sistema del habla, y esa señal escasa es suficiente”, afirma Kapur. “Comenzamos con pacientes con ELA en etapa temprana, pero también pudimos usar el sistema con pacientes en etapa avanzada”. Los ensayos están en curso y los resultados aún no se han publicado.
Chizeck cree que podría ser útil para personas con ELA en etapa temprana, pero debido a que la enfermedad es progresiva y reduce gradualmente la capacidad de las personas para mover los músculos necesarios para el habla, podría ser menos útil en etapas posteriores de la enfermedad. “La eficacia del dispositivo depende del control del habla de la persona”, afirma.
Pues ya vemos, el futuro está cerca y es prometedor para pacientes con esas patologías y, seguramente, algunas otras.
Jesús Devesa