27/11/2025
La comida tiene un gran componente emocional y muchas veces usamos la alimentación para regular lo que sentimos: estrés, cansancio, tristeza, ansiedad…
Pero cuando la comida se convierte en tu única estrategia emocional, empieza a tener el control y condiciona tu vida.
Desarrollar más herramientas, entender cómo funciona tu mente y aprender a gestionar tus emociones es clave para construir una relación saludable con la comida y con tu cuerpo.
No se trata de prohibir, sino de ampliar opciones que te nutran por dentro y por fuera.
Aquí tienes algunos ejemplos para empezar a cambiar patrones
✨ En vez de pensar:
"Hoy me doy un premio” → hamburguesa con patatas
Prueba con: un masaje facial o corporal
✨ En vez de pensar:
“Necesito un push de energía” → chocolate o café
Prueba con: descansar y dormir lo que necesitas
✨ En vez de pensar:
“Este es mi momento” → bolsa de patatas fritas
Prueba con: un baño caliente y relajante
✨ En vez de pensar:
“Necesito alivio” → helado
Prueba con: mover el cuerpo: bailar, pilates, estiramientos…
Cuando le enseñas a tu mente nuevas estrategias para canalizar el estrés y las emociones, empiezas a actuar desde la conciencia, no desde el impulso.
Y ahí es donde nace una relación más sana, coherente y amable contigo misma.