18/11/2025
Cuando los adultos se mueven, todo avanza
En muchas primeras sesiones escucho lo mismo:
“Trabaja con mi hijo, es él quien tiene el problema”.
Pero la verdad es esta:
los únicos casos de éxito son aquellos en los que los padres se quedan, se implican y son valientes para mirarse a sí mismos.
Cuando los adultos no dan ese paso, el proceso se frena.
Cuando sí lo dan, los hijos cambian… y cambian rápido.
No es magia.
Es coherencia, responsabilidad y amor bien colocado.
Los adolescentes mejoran cuando los adultos que los acompañan crecen primero.
Ahí empieza todo.
¿De verdad tu hijo es el problema… o es el mensaje?