04/11/2025
Cuando dejas de fumar, tu cuerpo se limpia…
pero tu cerebro también está haciendo su parte.
La nicotina activaba el circuito de recompensa, liberando dopamina, esa sensación de calma y placer rápido.
Por eso, al dejarlo, tu cerebro protesta: pide su dosis.
No estás “débil”, estás reajustando un sistema químico que durante años se activó con cada cigarro.
💪 En pocas semanas, el cerebro recupera su equilibrio y vuelve a producir dopamina sin depender del tabaco.
No pierdes placer: recuperas libertad.
🩵 Instituto Somos — Psicología y salud emocional
Basado en evidencia, centrado en ti.