16/12/2022
El valor de caminar por placer.
El acto de caminar conscientemente, con pasos eléctricos, movimientos rítmicos e intenciones saludables ayuda a ser feliz, literalmente.
Seguramente has escuchado hablar del cortisol u hormona del estrés. Se produce en las glándulas suprarrenales en la parte superior de cada riñón (especialmente ante situaciones de peligro) y actúa como un neurotransmisor en nuestro cerebro; si vemos un león hace que salgamos corriendo para ponernos a salvo.
Ahora bien, según los expertos solo con pensar en negativo o en una situación que nos genere estrés, nuestro cuerpo sufre como si estuviera ocurriendo y produce altos picos de cortisol en sangre.
¿Qué pasa cuando los niveles de cortisol son altos durante mucho tiempo y se elevan de manera crónica?
Físicamente provoca caída de pelo, problemas intestinales como colon irritable, problemas para tragar, migrañas, parestesias, taquicardias…
Psicológicamente nos cuesta más descansar mientras dormimos, tenemos fallos de memoria, somos más irritables, depresión…
Haciendo ejercicio, a la vez que generamos endorfinas, eliminamos estos picos de cortisol.
Igual que pensando en negativo nuestro cerebro entiende que estamos en peligro y genera cortisol, pensando en positivo- cuando nos decimos que va a ser un buen día y lo creemos de verdad- nuestro cuerpo produce serotonina, conocida como la hormona de la felicidad porque nos genera sensaciones de bienestar, relajación, satisfacción y aumenta la concentración y la autoestima.
Caminar, correr… en definitiva hacer ejercicio y ser más positivos no va a hacer que se solucionen nuestros problemas, pero nos va a ayudar a tomar mejores decisiones y a vivir un poco más felices.
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