
19/09/2025
Diecinueve de septiembre y ya se escucha en todas partes: “Parece que lleve meses trabajando de nuevo”. El regreso al ritmo diario arrastra como una corriente. La agenda se llena sola, el reloj empuja,
y el cuerpo y la mente empiezan a notar de nuevo el cansancio.
La sensación de no parar: de que nunca hay un respiro. Un sufrimiento sutil, pero persistente,
como si la vida se escapase en cada obligación hecha a medias.
Más allá de posturas, respiración, mantras o kriyas,
el yoga se traduce en el momento y el espacio perfecto para estar contigo.
Aprender a parar en un mundo tan caótico
se convierte en un acto de absoluta rebeldía
y de respeto hacia ti mismo.
✨ Dentro de ti hay muchas respuestas,
permíteles tomar espacio.