
03/12/2024
La sociedad siempre nos ha hablado de “hambre emocional”, que debemos distinguir del “hambre real”, haciéndonos sentir culpables cuando comemos sin hambre fisiológica.
Sin embargo, podemos comer por muchos otros motivos: por placer, por compartir momentos con la familia y amigos…
Muchas veces, en consulta, me encuentro con consultantes que refieren haberse dado “atracones” que realmente no lo son.
Hacer esta distinción es fundamental, pues no debemos patologizar comer alimentos que consideran poco saludables, comer mucho en las navidades, comer por aliviar el malestar en un momento puntual…
Los atracones son algo muy distinto, y pueden causar una gran interferencia en la calidad de vida de la persona.
Y tú, ¿eres capaz de hacer esta distinción?