
13/05/2025
Un 13 de mayo abrí por primera vez la persiana de la farmacia.
Recuerdo aquel día como si fuera hoy: nervios, ilusión y una sensación enorme de responsabilidad.
Era una pequeña farmacia a las afueras, en una calle sin aceras, con el matadero enfrente. Atendía
yo sola, de sol a sol, y lo hacía con toda la vocación del mundo.
Ese mismo día, 42 años después, vuelvo a abrir la persiana… pero esta vez para despedirme.
En estas más de cuatro décadas he visto cómo la farmacia se transformaba.
Creció conmigo, se informatizó, se robotizó, y se convirtió en lo que es hoy: una gran farmacia en el centro de Vilagarcía, con un equipo maravilloso de más de 10 personas que comparten el mismo espíritu de cercanía y servicio que la vio nacer.
Y ha sido posible gracias a ti.
Porque detrás de cada paso, cada cambio, cada avance, siempre has estado tú.
Gracias por confiar, por dejarte acompañar, por recibir con los brazos abiertos cada nuevo servicio
y cada iniciativa.
Todas tus consultas, conversaciones y gestos han hecho de esta farmacia mucho más que un trabajo: ha sido un lugar de encuentro y un hogar para mí.
A partir de ahora, Francisco tomará el relevo: un farmacéutico con la misma vocación y el mismo
cariño por esta profesión.
El equipo seguirá ahí, y aunque ya no se llame Farmacia Rolán, la esencia de todo lo que hemos construido juntas se mantiene.
Pero, por encima de todo, este es mi gran deseo:
Aunque yo ya no esté para recordártelo, sigue cuidándote, por favor. Cuida tu descanso, mantén
una alimentación equilibrada, muévete siempre que puedas, y rodéate de personas que te hagan
reír incluso en los días grises.
Y no lo hagas por obligación, hazlo por ti. Porque sentirte bien es el mejor regalo que puedes darte
cada día.
Ahora me despido, con emoción, pero también con satisfacción y tranquilidad.
Gracias por estos 42 años. Han sido un verdadero regalo.