26/11/2025
Si quiero aprender una técnica tengo que ponerme con ella día tras día, repetir, refinar, familiarizarme con ella… para ir desarrollando las habilidades necesarias. No se aprende a tocar la guitarra en una sentada, no se aprende sirsasana en una tarde.
Si quiero que una técnica de yoga tenga efecto en mí tengo que ponerla en práctica, día tras día. No se trata de aprender a abrir un grifo, se trata de hacerlo cada vez que tengo sed, mantenerme hidratado.
Si quiero conocerme profundamente, tengo que sentarme a solas conmigo mismo. No un día, no una vez al año en un retiro. Todos los días. Cada vez que me levanto, cuando me siento mal, cuando me siento bien…
Por eso contar con una estructura regular de práctica es tan valioso.
Si no la tienes, el resto de este texto no es para tí. Sólo encontrarás excusas para no tenerla.
Pero si tienes una rutina personal que practicas con regularidad, si has desarrollado esa constancia y compromiso contigo mismo, recuerda:
Tu cuerpo y tu mente necesitan esa regularidad, pero también la frescura de lo nuevo. Movimientos diferentes, salir de la zona de confort, espontaneidad, abrazar la pereza y el menos es más, darle una patada a la productividad…
No eres menos yogui por no hacer tu práctica hoy. Tu cuerpo y tu sistema nervioso agradecen esa flexibilidad, esa variabilidad… como escuché el otro día a mi amigo : “si te libera es yoga”.
Si quieres que te ayude a desarrollar una buena rutina personal de yoga, aquí tienes distintas opciones:
Formación de Yoga Online (60h)
24 de enero - 27 de marzo
Retiro en (Navarra)
13-15 de febrero
Programa Online de Autopráctica
23 de febrero - 1 de abril