14/12/2025
CÓMO LA ANSIEDAD PUEDE DISPARAR PALPITACIONES Y SENSACIÓN DE FALTA DE AIRE
La ansiedad no solo se manifiesta en pensamientos acelerados o inquietud emocional; también genera respuestas físicas intensas que pueden ser muy alarmantes. Entre las más frecuentes están las palpitaciones y la sensación de falta de aire, síntomas que muchas personas interpretan como un problema cardíaco o respiratorio, cuando en realidad son el resultado de una activación exagerada del sistema nervioso.
Cuando aparece la ansiedad, el cerebro activa el sistema nervioso simpático, encargado de la respuesta de “lucha o huida”. Este sistema libera adrenalina y noradrenalina, hormonas que preparan al cuerpo para reaccionar ante una amenaza. Como consecuencia, el corazón acelera su ritmo y late con más fuerza, generando la sensación de palpitaciones o latidos irregulares.
Al mismo tiempo, la ansiedad modifica la respiración. Esta se vuelve rápida, superficial y torácica, lo que reduce la eficiencia del intercambio de gases. Aunque el oxígeno esté disponible, la respiración poco profunda crea un desequilibrio entre oxígeno y dióxido de carbono, provocando mareos, presión en el pecho y la intensa sensación de “no poder respirar bien”.
Este patrón respiratorio activa aún más la alerta del cerebro, que interpreta la falta de aire como un peligro real. El cuerpo responde liberando más adrenalina, lo que acelera aún más el corazón y empeora las palpitaciones.
Se forma así un círculo vicioso: ansiedad → palpitaciones → miedo → peor respiración → más ansiedad.
Además, la tensión muscular provocada por la ansiedad afecta el cuello, el pecho y el diafragma, dificultando la expansión completa de los pulmones. Esto aumenta la sensación de opresión torácica y refuerza la percepción de falta de aire, aunque los pulmones estén sanos.
La buena noticia es que estas respuestas, aunque intensas, no suelen ser peligrosas cuando se originan en la ansiedad. Activar el sistema nervioso parasimpático mediante respiración lenta y profunda, relajación muscular, atención plena y movimiento suave puede reducir rápidamente los síntomas y devolver la sensación de control al cuerpo.
En conclusión, la ansiedad dispara palpitaciones y falta de aire porque activa el sistema de alerta, acelera el corazón y altera la respiración, creando señales físicas que el cerebro interpreta como amenaza.
Recuperar la calma empieza por entender el proceso.
Porque cuando el cuerpo deja de luchar, el corazón y la respiración vuelven a su ritmo natural.