23/11/2025
Esta semana en mi Skinletter nos fuimos a la yugular del negocio dermoestético: el punto de venta. ✨
Y sí… hubo rapapolvo cariñoso. Porque a mis suscriptoras les dije algo que nadie se atreve a decirles: si tu punto de venta no enamora, no factura. 🫣
Les conté que no basta con saber prescribir, ni con tener buena mano, ni con hacer rituales en cabina perfectos.
➡️ Si tu cosmética vive encerrada en una vitrina, triste, detrás de tu recepción, escondida o abandonada, tu clienta lo siente antes incluso de que abras la boca.
✍️ Y por eso esta semana les mandé un ejercicio que TODA facialista tendría que hacer:
👉 Ponte en los zapatos de tu clienta. 👢👞👠👡
1️⃣Entra en tu espacio como si no fueras tú.
2️⃣Míralo desde fuera.
3️⃣Siéntate en la recepción.
4️⃣Observa cómo te mira tu balda.
5️⃣Escucha qué vibra hay en tu espacio.
Pregúntate:
✨ “¿Aquí se entiende que se prescribe cosmética?”
✨ “¿Invita a tocar, preguntar, explorar?”
✨ “¿Comunica vida o abandono?”
✨ “¿Yo compraría aquí?”
📌 Les conté que la venta empieza mucho antes de hablar: empieza en la energía visual, en cómo ordenas, en cómo iluminas y en cómo tu espacio sostiene tu expertise cuando tú no estás hablando.
Si ellas quieren facturar más, necesitan que su punto de venta deje de ser tímido, triste o inaccesible… y empiece a ser un IMÁN. ✨
Y tú que me lees por aquí, pregúntate lo mismo: ¿Qué está diciendo tu punto de venta de ti… cuando tú no dices nada? 👀