03/08/2025
💂♀️ Capítulo 4 💂♀️
Mi experiencia como niñera me abrió las puertas a un mundo que hacía tiempo que no frecuentaba, el de la imaginación, la ilusión, el juego.
Me pintaba las uñas de colores, me hice mechas en el pelo, me disfrazaba, me tiraba por toboganes, me metía en piscinas de bolas, saltaba charcos. Me divertía, volver a jugar me devolvió algo que no sabía que me faltaba, la libertad para crear y ser.
Conectar con el juego, con el experimentar sin juicio, me dio vida, me hizo recordar lo que era sentirme ligera, presente, auténtica.
Fue una época que me ayudó, sin yo saberlo aún, a empezar a sanar a mi niña interior.
👨👩👧👧Aunque no era el trabajo de mis sueños, lo disfruté profundamente porque tuve la suerte de estar con una familia amorosa, que confiaba en mí, que valoraba mis conocimientos y me permitía aportar mi mirada como psicóloga. Y eso ayudó bastante a sentirme integrada, ya que me generaba un gran conflicto interno empezar desde 0, con una carrera Universitaria, arriesgando mi futuro profesional, pero el riesgo salió bien porque ese primer trabajo me abrió las puertas para estar donde estoy hoy, además de haber ganado una familia extra donde me sentía segura.
🌺Cuidar a esos niños era también sembrar en ellos valores de respeto, conexión con la naturaleza, rutinas sanas, alimentación consciente, calma mental.
Hacíamos yoga, paseábamos, dibujábamos. Respirábamos.
Jugábamos, pero también creábamos algo más profundo, un espacio seguro.
✨ Hoy sé que muchas veces, para reconectar con una misma, no hace falta hacerlo todo perfecto. A veces basta con empezar por algo tan sencillo y tan olvidado como volver a jugar, conectar con la creatividad y el disfrute.
Cada experiencia de nuestra vidas nos enseña algo, hay que saber mirarlas con la mente y el corazón abiertos y permitirnos nutrirnos de cada vivencia.
🤔Párate un momento, reflexiona sobre el último año, qué vivencia dirías que te ha nutrido y quizás no eras tan consciente. Si te apetece, cuéntamelo en comentarios.