
10/09/2025
La mayoría de los conflictos nacen porque reaccionamos sin pensar.
Una palabra lanzada con rabia puede cerrar puertas que luego cuesta volver a abrir. Y, además, también nos produce dolor interno porque no se corresponde con lo que realmente sentimos. Estamos actuando desde la ira, rabia, miedo…
Responder, en cambio, implica respirar, pausar y elegir con conciencia cómo queremos expresarnos. No es reprimir lo que sentimos, sino darle forma con calma y claridad. Es hablar desde la consciencia, desde nuestra escucha interna, desde nuestra verdad.
👉 La próxima vez que sientas que vas a explotar, prueba a inhalar profundamente, contar hasta tres y después hablar. Verás cómo cambia el resultado de la conversación.
💬 Dime en comentarios: ¿eres más de reaccionar o de responder?