17/07/2024
La Musicoterapia Comunitaria, tiene como objetivo mejorar la salud social a través de diferentes elementos vinculados con el sonido, la voz, el movimiento … y todo lo que pueda rodear al hecho musical.
Mi trabajo, en gran parte, está enmarcado dentro de este ámbito, donde la prevención y el cuidado cotidiano como fuente de salud, son fundamentales. Desde ahí, el lugar de que ocupa la música, se relaciona directamente con hábitos y prácticas cuyo propósito, no tienen que ver el aprendizaje de un instrumento, o el deseo de compartir arte, sino con el fin de generar estados de salud equilibrados y armónicos.
La realidad es que, muchas de estos recursos, eran parte de otras culturas y otros tiempos y, tal y como se extinguen oficios, se pierden también formas de solucionar o transitar estados emocionales como, por ejemplo, cantar coplas en el desamor.
Puede parecer una tontería pero, por ejemplo, dar voz cantada a tus pesares, puede ser más eficaz que varias sesiones de terapia psicológica. Y te lo digo yo como psicóloga, que respeta profundamente a esta figura profesional. Sin embargo, creo que existen recursos sencillos, cotidianos y accesibles que se están perdiendo, y podrían ser fundamentales para cultivar una estado de salud emocional / físico óptimo.
Y, no sólo ocurre esto a nivel de salud individual si no que, prácticas comunitarias que permiten generar vínculos sanos entre diferentes grupos, así como el cultivo del sentido de pertenencia, también se van diluyendo.
Es el caso de las fiestas en los pueblos, tan de moda en esta época. ¿Qué pasa con los bailes comunitarios? ¿Qué pasa con las ceremonias y rituales? Cada vez se pierde más el sentido del grupo y el problema es que, el individualismo, nos lleva mucho más a generar estados de salud desequilibrados que traen más de cerca depresiones, ansiedades permanentes …
Os invito entonces a volver a bailar. (Si no es en la plaza del pueblo, al menos en el salón de casa)
A encontrarte con alguien que quieras, y cruzarte unos pasos hacia delante y otros hacia detrás. Dar unas vueltas y reírte.
A dar espacio al ridículo, porque es necesario, recuperar un lugar donde la música y la danza no son sólo para quien lo hace “bien”
A cantar juntas, para vosotras mismas o el resto.
A mirarnos y tocarnos más, cultivando intimidad lejos de pantallas y videos.
A dar más espacio a la alegría desde lo sencillo … y a los dolores, a poder suavizarlos más con lenguajes no verbales … y en grupo.
Y tú, ¿Cómo vas a cuidar tu salud a través de la música este verano?