17/11/2025
Hoy parece que la respuesta automática a “¿cómo estás?” es una sola palabra: “ocupad@”.
Corremos de un lado a otro, llenamos agendas, llenamos días… y dejamos sin espacio lo más importante: sentirnos.
Cuando desaceleramos, cuando dejamos que el cuerpo se restaure y que el sistema nervioso alcance el ritmo de nuestra vida, empezamos a recordar quiénes somos debajo de todo ese ruido.
Vivimos expuest@s a un flujo constante de información, drama, intensidad y emociones que muchas veces no sabemos digerir. Pero esa digestión emocional es esencial si queremos vivir con intención, claridad y presencia.
Al bajar el ritmo, volvemos a conectar con la capacidad de asimilar lo que nutre y soltar lo que ya no necesitamos —en el cuerpo, en la mente y en nuestras experiencias. Desde ahí elegimos con más sabiduría.
Ojalá puedas unirte a este movimiento de desacelerar junt@s. Dar pasitos hacia dentro. Poco a poco, sin que eso tenga que ser otra auto-exigencia o auto-reproche. Ojalá.