18/07/2025
Muchas veces vivimos en piloto automático.
Despertador temprano, correos pendientes, listas interminables, reuniones, tareas, pantallas, notificaciones...
Los niños van con nosotras en esa carrera, sin entenderla, pero sintiéndola.
Vamos tan rápido que no nos damos cuenta de que nos estamos perdiendo la vida mientras la vivimos.
El verano puede servir para cambiar de velocidad. Para recordar que no todo es urgente, que descansar también es una necesidad.
No se trata de dejarlo todo. Se trata de respirar más hondo, hablar más lento, mirar a los ojos más seguido.
📉 Cuando bajamos el ritmo:
🔹 Disminuye el estrés.
🔹 Se regula el sistema nervioso.
🔹 Mejoran la paciencia, el sueño, el estado de ánimo.
🔹 Volvemos a conectar: con nuestros hijos, con nuestra pareja, con nosotras mismas.
No hacen falta grandes viajes. A veces, basta con caminar sin prisa. Leer juntos. Comer sin pantallas. No hacer nada, y que eso esté bien.
Este verano, regálate otra forma de estar.
Una forma más lenta. Más presente. Más viva.