12/02/2023
Hoy domingo es mi día de descanso.
Yo creía que los seis primeros días de la semana plenos de trabajo me tenían agotado. No contaba con una fatiga mayor, la fatiga de descansar.
Oh infinita energía que llamamos Dios, que cansador es descansar !
Si quiero descansar mi cerebro en este sagrado domingo, vacío mis neuronas a tal punto que parecen gusanos negros.
Despojó el territorio cerebral de palabras.
Todos mis músculos se contraen tratando de no pensar.
Pero en ese inmenso silencio se deslizan cuatro mínimas letras mayúsculas que unidas forman la palabra DIOS y preso como un ratón blanco en la trempa mística, me paso el día entero tratando de definir esa inmensa, gigantesca, tremenda, maravillosa entidad que llamamos Dios. Para las doce de la noche, caer cansado en la cama balbuceando “Dios es aquello de lo que nada se puede decir”… Doy tres ronquidos de satisfacción, descanso un secundo y me disuelvo en el sueño. Lo mismo me sucede cuando trato de sentir el amor no solo humano sino cósmico. Como es el universo en el que existimos si, visto desde el exterior, es una cosa tan inmensa, inmensa, inmensa que ni siquiera con mi imaginación de loco, puedo visualizar.
No me queda otra que, mu**to de fatiga, murmurar : el universo es mi sábana. Tres ronquidos que hacen temblar el descanso. Y no te hablo de la multitud de deseos que aprovechando la abertura del descanso, invaden como una marabunta mi sistema nervioso.
Lamento decirte que mi día de descanso es el motor que mas hace trabajar a mi imaginación insatisfecha. La única solución que he encontrado a ese problema es descansar profundamente de mí mismo.
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