
22/02/2025
No puedo controlar cómo me tratan los demás, pero sí decidir dónde permanecer.
A menudo, estamos condicionados por la generación a la que pertenecemos y por nuestra crianza. Nos han enseñado que poner límites o expresar lo que pensamos puede ser visto como descortés o una falta de educación. Hemos normalizado soportar situaciones incómodas, lo que nos lleva a un conflicto interno entre lo que aprendimos y lo que realmente queremos decir o hacer.
Esto nos deja expuestos a experiencias que intentamos justificar desde lo espiritual, buscando sanar linajes o heridas emocionales. Sin embargo, en muchas ocasiones, lo único que realmente necesitamos es aprender a establecer límites y a tomar distancia de aquellas personas o comportamientos que nos generan malestar.
Más allá de terapias o búsquedas internas, debemos comprender que, aunque no podemos controlar cómo los demás nos tratan o reaccionan ante la vida, sí podemos decidir nuestras propias acciones. Es fundamental aprender a decir: "Esto no me gusta", "No voy a tolerarlo", o simplemente alejarse de situaciones que afectan nuestra integridad emocional, física y sentimental.
Crédito a su autor