
09/07/2025
No uses tu dolor como arma… úsalo para sana.
Mientras tú usas tus traumas para herir, yo los transformo para no dañar a nadie más.
Sí, quizás tuviste una infancia difícil, una experiencia dolorosa, una pérdida o un trauma que marcó tu historia… pero eso no te da permiso para andar por la vida arremetiendo contra los demás “diciéndoles sus verdades en la cara” o reaccionando con sarcasmo, enojo o humillación.
Eso no es valentía. Eso solo muestra que el dolor te está manejando a ti.
Deja de justificar tus heridas como si fueran licencia para dañar.
¿Tuviste una mala infancia? Sana.
¿Viviste una situación injusta? Sana.
¿Tienes una adicción, una herida abierta, una rabia guardada? Sana. Pero hazlo tú.
Hazte cargo tú.
No sigas cargando esa furia y dejándola caer sobre quien no tuvo la culpa de tu historia.
Sí, las heridas de la infancia dejan huellas. Pero no podemos volver al pasado a gritarles a nuestros padres. Somos adultos. Y como adultos, podemos construir un presente diferente.
Tus heridas no te hacen culpable…
Pero sí te hacen responsable de lo que haces con ellas.
Yo también fui esa persona que peleaba con medio mundo. Que discutía, que reaccionaba, que decía “yo no me dejo de nadie”. Y ¿sabes qué? Al final entendí que no era fortaleza, era defensa. Era dolor no resuelto.
Si discutes en todos los contextos, si siempre terminas peleando, si el patrón se repite una y otra vez…
Tal vez el problema no es el contexto. Tal vez eres tú.
Tus heridas duelen, y no tienes que fingir que no. Pero nadie más tiene por qué pagarlas.
Toma tu historia, abrázala, y empieza a transformarla.
Hazlo por ti.
Hazlo por los que te rodean.
Hazlo por los que vienen detrás de ti y merecen una versión tuya más libre, más sana y más en paz.
Natty Ayala