29/07/2025
La hepatitis es una enfermedad causada por virus, responsable de altos niveles de morbilidad y mortalidad en todo el mundo. Se estima que el 57% de los casos de cirrosis hepática y el 78% de los casos de cáncer primario de hígado son causados por los virus de la hepatitis B y C.
"Hepatitis de la A a la E"
Conocer las diferencias entre los cinco tipos de hepatitis es el primer paso para prevenirlas, detectarlas a tiempo y actuar.
Hepatitis A.
Es una de las dos que se transmite por el consumo de agua o alimentos contaminados (aunque también puede propagarse por ciertas prácticas sexuales).
Hepatitis B.
Se puede transmitir a través de prácticas sexuales sin protección, compartiendo equipos contaminados como agujas, jeringas e incluso equipos médicos como monitores de glucosa y artículos personales como cepillos de dientes; o por vía perinatal, al momento del parto.
Hepatitis C.
Se transmite casi siempre por la exposición a sangre contaminada, que suele producirse por transfusiones de sangre o al compartir jeringuillas, hacerse piercings, tatuajes con instrumentos contaminados. Aunque la transmisión sexual también es posible.
Hepatitis D.
Afecta sólo a personas infectadas ya por la hepatitis B. La simultaneidad de ambos virus hace que pueda aparecer una afección más grave. Se transmite sobre todo por vía sanguínea o por compartir objetos de higiene personal como cepillos de dientes, máquinas de afeitar o en transfusiones sanguíneas, por contacto sexual sin protección y de madre a hijo.
Hepatitis E.
Se transmite, igual que la hepatitis A, a través del consumo de agua o alimentos contaminados. A diferencia de la A, no cuenta con una vacuna. Su prevención pasa por extremar las medidas higiénicas y evitar el consumo de bebidas y alimentos contaminados. Tampoco causa enfermedad crónica.
La prevención de la hepatitis se centra en evitar la infección a través de medidas como la vacunación, la higiene personal y la seguridad en las relaciones sexuales.