
30/06/2025
La cirugía de columna no es el primer paso en el tratamiento del dolor lumbar o cervical. Sin embargo, puede ser necesaria cuando existen alteraciones estructurales o neurológicas que comprometen la calidad de vida o ponen en riesgo funciones importantes. Desde la perspectiva neuroquirúrgica, las principales indicaciones incluyen:
🔹 Hernia discal con compresión radicular sintomática
Cuando un disco intervertebral protruye y comprime una raíz nerviosa, generando radiculopatía, dolor irradiado persistente, debilidad muscular o parestesias, a pesar del manejo conservador.
🔹 Estenosis del canal espinal
Estrechamiento progresivo del canal medular o forámenes de conjunción, que ocasiona claudicación neurogénica, dolor lumbar al deambular, debilidad en miembros inferiores, alteraciones del equilibrio o sensación de pesadez.
🔹 Inestabilidad vertebral
Presente en patologías como la espondilolistesis, inestabilidad degenerativa o postraumática, que provocan dolor mecánico, deformidad progresiva o compresión neural.
🔹 Fracturas vertebrales inestables
Especialmente por trauma o colapso osteoporótico, cuando existe riesgo de lesión medular, deformidad significativa o dolor intratable.
🔹 Lesiones tumorales o infecciosas
Compromiso óseo o epidural que requiere resección, descompresión y/o estabilización por riesgo neurológico o estructural.
🔹 Déficit neurológico progresivo
Alteraciones motoras, sensitivas o esfinterianas de evolución aguda o subaguda, que no responden al tratamiento médico y requieren intervención urgente para preservar la función neurológica.
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