Filosofía detrás del proyecto:
Aleluya!: palabra de origen hebreo que, literalmente, es una invitación para alabar a Dios. Y hacerlo en forma jubilosa. Personalmente, creo que nuestra vida debería ser una constante alabanza a Dios. Cada acción, cada pensamiento: una alabanza. De esta forma, la vida se convierte en una invitación a alabar a Dios en todo momento, con todo lo que hagamos. ¿ Y qué m
as júbilo que eso? Aleluya!-Psicología Cristiana
Toma su fundamento en Gálatas 6:2:
"Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo". Considerando la enseñanza que nos deja este versículo, el acompañamiento psicológico "tradicional" toma un nuevo sentido. El apoyo psicológico puede parecer una buena idea si estás teniendo alguna dificultad para desempeñarte en áreas como el trabajo, las relaciones, los estudios o si la vivencia emocional diaria te sobrecarga. Vivir en una sociedad tan compleja como la nuestra genera problemas y ansiedad. Cuando los desafíos personales se convierten en una carga que no podemos manejar solos es recomendable discutir estos asuntos con un profesional. La Psicología Cristiana
El objetivo de la terapia centrada en Cristo es que la persona aprenda a dejar sus cargas y a conocer la paz que sólo Dios puede darnos (Isaías 26:3). Es decir, toma como base la fe cristiana y sus fundamentos para proporcionar esperanza y dirección a aquellos que están experimentando dificultades emocionales o se encuentran en un momento de transición. La psicología cristiana nos lleva a reconocer la necesidad de vivir nuestra fe en todos y cada uno de los aspectos de nuestra vida. Considerando que, el proceso terapéutico involucra los aspectos mas profundos de nuestra constitución humana, es natural que la espiritualidad y las creencias sean parte importante de nuestra salud emocional y el centro de las soluciones que nos planteamos. Misión
Aleluya!- Psicología Cristiana busca acompañar a la persona en el proceso de resolver situaciones de origen emocional con el fin de que pueda vivir de acuerdo al propósito de Dios. Experiencia vital:
Hasta el momento, he tenido oportunidad de desempeñarme en diferentes áreas profesionales y de trabajar con muchas personas.
-Adolescentes en contextos educativos
-Universitarios (docencia y capacitación)
-Proyectos de Planificación (entidades sin fines de lucro)
-Liderazgo Cristiano
-Psicología Clínica
Estudios:
Profesionalmente hablando, reconozco la importancia y la necesidad del aprendizaje y la actualización continua. En relación a mi formación, puedo decirte que soy Psicología Clínica hace 10 años. Posteriormente, me entrené en Coaching y Liderazgo Cristiano. Actualmente soy estudiante de una Maestría en Terapia Familiar y Conyugal. Clínica
-Servicio a parejas
Asesoría y acompañamiento conyugal con fundamento bíblico
-Servicio a familias
Acompañamiento familiar sistémico procurando relaciones armoniosas
-Servicio a instituciones educativas
Temas cotidianos desde la perspectiva cristiana (prevención y asesoría)
Comentario personal
Aleluya!. Que da risa. Que se oye mal. Que este nombre no pareciera ser "formal para un negocio" me han dicho algunas personas "formales". Pero realmente pienso que "formal" es una palabra negativa que implica "apariencia de seriedad". Cuando de apoyo terapéutico se trata, sustituyo el término "formal" por un humilde "comprometido". Personalmente, creo que aquel individuo "formal" se pone una fachada, para no parecer vulnerable. Para disfrazarse lo humano. El "serio y formal" solo observa y juzga, fingiendo estar interesado. Muy a pesar del distanciamiento emocional que proponía Freud, yo no soy así, seria. Yo soy comprometida. El "comprometido" es aquel que se involucra, aquel que toma acciones. Toda persona que se acerca a la clínica en busca ayuda psicológica me pide que participe de su proyecto de vida, por lo que no puedo mas que ser comprometida. Y la formalidad no tiene cabida en este proceso. El paciente y yo nos acompañamos en un proceso humano, un proceso de vencer miedos y de encontrar verdades. Es por esto que, ni el paciente ni yo, podemos permitirnos las máscaras y las formalidades. Además, Dios nos ha prometido reconfortarnos y apoyarnos y ser victoriosos a través de las batallas diarias. Es por esto que pienso que el objetivo de nuestra vida es estar felices, agradecidos y reconfortados. En este vivir para Dios sólo puede haber gozo. Nuestra actitud de vida, entonces, se resumiría así: Júbilo. Alegría. Aleluya!.