
28/09/2025
Un estado de ansiedad continuo y generalizado mantiene unos niveles elevados de hormonas y neurotransmisores como adrenalina, cortisol, glucosa, etc., lo cual agota al sistema inmune impidiéndole un ejercicio adecuado de su actividad.
Por otro lado, la depresión provoca reacciones inmunitarias exageradas en algunas personas, a la inversa, los trastornos y las disfunciones del sistema inmunitario también pueden provocar trastornos depresivos. Por ejemplo, los investigadores encontraron concentraciones elevadas de mensajeros inmunológicos inflamatorios en algunas personas con depresión.
Las enfermedades crónicas también pueden contribuir a que las proteínas proinflamatorias se transporten por el torrente sanguíneo a diferentes partes del cuerpo y, por lo tanto, también lleguen al cerebro. En consecuencia, esto podría estimular la liberación de hormonas del estrés, lo que reduciría aún más los niveles de las hormonas de la felicidad (serotonina) y provocaría brotes depresivos.
Fuente: Mi sistema inmune