02/07/2025
Guía Esencial de la Metformina: lo que Necesita Saber para Controlar su Diabetes Tipo 2
¿Qué es la metformina?
La metformina, o su preparado comercial clorhidrato de metformina, es un fármaco antidiabético oral del tipo biguanida. Es el antihiperglucemiante oral más frecuentemente recetado a nivel mundial y es considerada el fármaco de primera línea para el tratamiento de pacientes con diabetes mellitus tipo 2.
Fórmula Química
La fórmula química de la metformina (base) es C4H11N5. Como clorhidrato de metformina, su fórmula es C4H11N5⋅HCl o C4H12ClN5.
Fecha de Creación y Uso
Aunque las biguanidas fueron sintetizadas desde 1920, la metformina fue introducida para el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2 a finales de la década de 1950 en Europa (1957). Su uso en Estados Unidos por la FDA no se aprobó hasta 1995.
Mecanismo de Acción Principal
El mecanismo de acción principal de la metformina es la reducción de la producción hepática de glucosa (gluconeogénesis). Esto lo logra principalmente al activar la enzima AMPK, que a su vez inhibe la producción de glucosa por el hígado. Además, en menor grado, aumenta la captación y utilización de glucosa en los tejidos periféricos (como los músculos) y disminuye la absorción intestinal de glucosa.
Dosis Diaria Recomendada
La dosis de metformina debe ser individualizada por el médico. Generalmente, la dosis inicial para adultos es de 500 mg u 850 mg una vez al día, administrada durante o después de las comidas. Después de 10-15 días, la dosis puede ajustarse gradualmente según los valores de glucemia y la tolerancia del paciente.
La dosis diaria máxima recomendada para adultos suele ser de 3000 mg divididos en 3 tomas. Para niños a partir de 10 años y adolescentes, la dosis máxima diaria es de 2000 mg divididos en 2 o 3 tomas, siempre bajo supervisión médica.
Efectos Secundarios
Los efectos secundarios más comunes de la metformina suelen ser gastrointestinales y pueden incluir:
Diarrea
Náuseas
Vómitos
Dolor de estómago
Acidez
Gases
Pérdida de peso
Dolor de cabeza
Sabor metálico desagradable en la boca
Un efecto secundario raro pero grave es la acidosis láctica, una acumulación de ácido láctico en la sangre que requiere atención médica de emergencia. Sus síntomas incluyen debilidad, dolor muscular inusual, problemas respiratorios, somnolencia inusual, dolor estomacal, náuseas o vómitos, mareos o desvanecimientos, y ritmo cardíaco lento o irregular.
La metformina también puede disminuir los niveles de vitamina B12 en el cuerpo, lo que en casos poco comunes puede llevar a anemia.
Pacientes que pueden tomar Metformina
La metformina se utiliza principalmente para tratar:
Diabetes tipo 2: Se usa sola o en combinación con otros medicamentos, incluida la insulina, para controlar los niveles de azúcar en sangre.
Prediabetes: Puede ser utilizada en pacientes con intolerancia a la glucosa para prevenir el desarrollo de diabetes tipo 2.
Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP): Se ha demostrado su utilidad en mujeres con SOP, especialmente en aquellas que buscan embarazo.
Pacientes que NO pueden tomar Metformina (Contraindicaciones)
La metformina está contraindicada en pacientes con:
Hipersensibilidad a la metformina.
Enfermedad renal grave: Dado que la metformina se elimina por los riñones, una función renal reducida puede llevar a una acumulación del fármaco y aumentar el riesgo de acidosis láctica. La dosis se ajusta o se contraindica según la TFG (tasa de filtración glomerular).
Enfermedad hepática grave.
Insuficiencia cardíaca congestiva descompensada.
Insuficiencia respiratoria grave.
Condiciones agudas que puedan causar acidosis láctica, como:
Complicaciones agudas de la diabetes (cetoacidosis diabética, coma).
Infecciones graves.
Cirugía mayor.
Colapso cardiovascular (shock).
Estados asociados a hipoxemia (falta de oxígeno).
Alcoholismo agudo o crónico.
Antes o durante la administración de medios de contraste yodados para estudios de imagen (por el riesgo de daño renal agudo y acidosis láctica). Generalmente se debe suspender la metformina antes de estos procedimientos y reanudarla después de un tiempo y con función renal normal.
Es crucial que el médico evalúe el historial clínico de cada paciente para determinar si la metformina es el tratamiento adecuado y para ajustar la dosis de manera segura.