10/08/2025
EL BAR DE LA LOCHA: "Y EL ORIGEN DE LA EXPRESIÓN: "¡YA ME CARROCIARON LAS P ....!
Todo sucedia a mediados del siglo pasado, cuando Doña Eloisa Velasquez, mas conocida como: "La Locha", administraba su famoso bar: "Pinkys Bar".
Este lugar, era visitado por todo tipo de personajes célebres. Se volvió famoso, por el ambiente alegre y hospitalario, donde se daban cita los estudiantes de aquel tiempo, para armar las alegres parrandas estudiantiles.
La Locha, era una mujer muy cálida y culta. En su juventud, se relacionó con escritores, poetas y demás gente importante, ya que muchos visitaban su negocio, no sólo buscando los servicios que se brindan en una casa de citas, sino que tambien, el lugar era frecuentado para platicar, escuchar la música del maestro Jorge Sarmientos, o las canciones de Joaquín Noval.
También en ese lugar, se daban cita artistas, diplomáticos extranjeros y nacionales, para quienes el Pinky’s Bar era el lugar de encuentro, o la parada obligatoria en su visita al país.
En las instalaciones del Pinky's Bar, no se permitían excesos, broncas o borracheras. La policía respetaba mucho el lugar, porque doña Eloísa sabía muchos secretos de los funcionarios de aquella época.
A pesar de todo, Doña Locha era una dama altruista, su filantropía es digna de recordar. Los relatos de la época, dicen que cuando fallecia un indigente, o una persona de escasos recursos, Doña Locha y sus muchachas del negocio, se hacian cargo de los gastos del velorio.
Además, prestaba una carroza de su propiedad, jalada por cuatro caballos negros, para conducir el feretro del difunto al cementerio.
Fué por ello, que cuando a alguien las cosas no le salian bién, o se encontraba metido en una serie de problemas, el humor de los guatemaltecos dió origen a la muy conocida expresión: "¡Ya me carrociaron las p...." o la mas común: "¡Ya me carroció la gran ...."
La vida de Doña Locha, no estuvo excenta de situaciones trágicas. Su celebre romance con un renombrado parroquiano de nombre Eduardo Felice Luna, dió mucho que decir en la sociedad de aquel entonces.
Felice Luna y algunos de sus compañeros bohemios, de nombres Juan Blanco y Cayetano Asturias, resultaron involucrados en un crimen, ocurrido en una vivienda de la zona 1 de la ciudad capital, en contra de la señora Mercedes Estrada y sus dos empleadas.
El caso fué muy sonado, y como se acostumbraba en aquel tiempo, los acusados fueron condenados a muerte en el paredón de fusilamiento.
Eloísa contrató para defender a su amante, Eduardo Felice, a uno de los mejores abogados de la época, pero la sentencia era irrevocable. Por lo que la mañana del 2 de mayo de 1931, el día del cumpleaños de Eloísa, la sentecia se cumplió, y los condenados fueron pasados por las armas en el paredón del cementerio general.
La duda aún existe, si estos personajes eran culpables o inocentes, algún dia la historia lo comprobará. Trabajadores del cementerio general recuerdan, que desde que Eduardo Felice fue enterrado, Eloísa le llevó flores todos los días hasta que ella lo alcanzó en el sueño de la muerte, el 9 de enero de 1983.
Via: Guatefotos antiguas
Juan Pablo Matta
ECDMA