
15/09/2025
En 1892, en pleno régimen de Jim Crow, cuando el sur de Estados Unidos se sostenía sobre la segregación y el terror racial, una joven negra llamada Ida B. Wells tomó una decisión radical: se armó con una pi***la y recorrió pueblos y ciudades para documentar la violencia extrema contra su comunidad.
En una época en la que los periódicos blancos callaban o justificaban los linchamientos, Ida se atrevió a mirar de frente la barbarie. Visitaba lugares marcados por la sangre, recogía nombres, fechas y testimonios, y convertía el dolor en datos irrefutables. Su investigación culminó en un volumen titulado “Un Registro Rojo”, el primer análisis estadístico del linchamiento en Estados Unidos.
Lo que reveló fue brutal: los afroamericanos no eran asesinados por delitos reales, como afirmaban sus verdugos, sino por el simple hecho de ser negros, por atreverse a prosperar, por desafiar las normas de sumisión que les imponía una sociedad ra***ta. Ida denunció que el linchamiento era un instrumento político para mantener un sistema de terror.
Su trabajo le costó amenazas de muerte, exilio forzado y el odio de quienes querían silenciarla. Pero también la convirtió en pionera del periodismo de investigación y en una de las voces más poderosas de los derechos civiles.
Ida B. Wells demostró que escribir puede ser un acto de resistencia. Y que, a veces, la verdad es la única arma capaz de enfrentarse al miedo.