06/11/2025
A veces les pedimos a los niños que “se queden callados”, que no hagan ruido, que no “exageren” lo que sienten.
Pero crecer en silencio también es aprender a renunciar a uno mismo.
Lo que Miss Universo México nos recordó es algo esencial en la infancia:
La voz importa. Todas las voces. También la de los niños.
Cuando un niño dice “no me gusta”, “me duele”, “no quiero”…
No es rebeldía.
Es identidad formándose.
Es dignidad en práctica.
Nuestro trabajo como adultos no es apagar esa voz. Es escucharla, sostenerla y acompañarla a hacerse fuerte y segura.
Porque un niño que aprende que sus palabras tienen valor, se convierte en un adolescente que se respeta. Y en un adulto que no se queda donde no lo tratan con amor.
Dar voz es dar raíz. Dar respeto es dar alas. 🩷