
05/08/2025
La vida sin amor puede sentirse como un jardín sin flores: funcional, quizás ordenado, pero sin color ni fragancia. El amor —en sus muchas formas: romántico, familiar, fraternal, incluso el amor propio— es lo que da profundidad a la experiencia humana.
Sin amor, la vida puede volverse:
• Vacía, porque falta el vínculo que conecta a las personas.
• Silenciosa, porque no se escucha el eco del alma en otros corazones.
• Automática, como si los días pasaran sin propósito ni pasión.
Pero también puede ser:
• Un llamado al despertar, para buscar conexión.
• Una oportunidad de sanación, cuando se ha perdido el amor.
• Un espacio de reflexión, donde uno aprende a cultivarse por dentro.
Porque aunque falte el amor de otro, el amor por uno mismo siempre puede sembrarse. Y a veces, ese es el primer amor que nos salva.