26/05/2021
MALOS HABITOS
Son muchos los malos hábitos que puede adquirir un niño a lo largo de su infancia; en ocasiones por imitación de los adultos, inducido por otros niños o por propia costumbre adquirida. Sin embargo, es responsabilidad de los padres vigilar esos hábitos, identificar los que pueden tener malas consecuencias y atajarlos tan pronto como sea posible.
Deglución atípica
La deglución atípica consiste en la colocación inadecuada de la lengua en el momento de tragar. La lengua presiona contra los incisivos superiores o inferiores durante la deglución, de tal manera que los dientes acaban desplazándose hacia delante, provocando lo que se conoce como mordida abierta. Por eso, a partir de los 6 años, se les coloca lo que denominamos como reja lingual; un aparato que les impide adelantar la lengua al tragar, obligándoles a colocarla correctamente en el paladar.
Respiración oral
Al no tratarse de una acción natural, la respiración oral puede acarrear muchos problemas especialmente en niños en edad de desarrollo. Además, de los problemas no relacionados con la boca, como el bajo rendimiento por la falta de oxígeno o la apnea del sueño, aquellos que respiren de manera oral, tendrán problemas de mal aliento, caries o enfermedades de las encías; esto se debe a que este tipo de respiración facilita la entrada de bacterias en la boca.
Succión del dedo
Aunque parezca un simple gesto que puede llegar a ser incluso enternecedor, la succión digital acarrea consecuencias graves en la boca de los niños. La presión que ejerce el dedo contra el paladar y la posición que adquieren los dientes al realizar este mal hábito, hace que el niño desarrolle una mordida abierta (ausencia de contacto de los incisivos superiores con los inferiores) y que el paladar se hunda y se estreche. Para corregir esta mala costumbre podremos ayudarnos de aparatología interceptiva, que, como su propio nombre indica, interfiere en los malos hábitos y le impide realizar la acción de la succión digital. Una vez corregida la práctica, será necesaria la colocación de ortodoncia que ayude a corregir la maloclusión desarrollada lo antes posible.
Dormir con el biberón
Por cómodo que nos resulte o por mucho que ayude al niño a conciliar el sueño, no se le debe dar el biberón para dormir. El problema en cuestión reside en las horas de las que disponen las bacterias presentes en la lactosa para atacar los dientes y encías del bebé.
Mojar el chupete en azúcar o miel para calmar el llanto
Aunque se trata de una costumbre cada vez más en desuso, solía ser bastante común el que los padres mojaran el chupete en azúcar o miel con el objetivo de calmar el llanto de un bebé.
Sin embargo, este hábito favorece que el niño desarrolle caries en esos primeros dientes de leche. Y aunque aparentemente carezca de importancia porque, en palabras de algunos padres, “total, los dientes de leche se le van a caer”, la realidad es muy distinta.
Triturar toda la comida
Triturar la comida para favorecer la digestión de un niño, en realidad, le hace flaco favor en lo que a su dentadura se refiere. Esto se debe a que sin masticación no existe la estimulación de los músculos y estructuras dentales.