
07/08/2025
La depresión no siempre se muestra en lágrimas, a veces es solo ese vacío sordo donde nada emociona, nada molesta, nada importa. Y a menudo, quienes más la sufren son quienes mejor han aprendido a ocultarla bajo el disfraz de la funcionalidad y la sonrisa educada. La verdadera compasión comienza cuando dejamos de juzgarnos por no “cumplir” con la vida y empezamos a mirarnos con ternura, reconociendo que lo que sentimos no es debilidad, sino la llamada de un alma que extraña su alegría, su tribu, su canto, su sentido.
La depresión es humana, legítima y tratable. A veces lo más valiente no es “ser fuerte” ni aguantar en soledad, sino pedir ayuda y permitirse volver, de a pocos, a esos pequeños rituales que nos devuelven la vida: el arte, la naturaleza, el encuentro, el silencio sagrado. Recuerda: si hoy todo pesa, si sientes que algo se apagó, busca a quien pueda acompañarte a volver a ti, a tu centro y a tu propósito. La psicoterapia puede ser ese espacio seguro para reconstruir tu puente interior y recordarte que, aún en los días más grises, sigues teniendo valor, y tu regreso a ti es posible.
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