09/06/2025
Ella no lo sabe, pero… todo lo que parecía fragmentarla, le estaba dando forma de nuevo.
Cada país, cada despedida, cada pérdida, cada fuego.
Todo la preparaba para convertirse en mujer medicina.
Para recordar su poder.
Y para guiar a otras mujeres a recordar el suyo.
🌿Ella no lo sabe, pero a los 16, cuando se graduó en una ciudad ajena y colorida, ya llevaba el alma migrante de quien aprende a caminar con su casa en el corazón.
No imaginaba que viviría muchos años como caracol: habitándose desde adentro.
🌿Ella no lo sabe, pero cuando llegó a México con la idea de quedarse tres meses, la tierra la abrazó con fuerza. Y le mostró que había llegado a su nuevo hogar: el alma al regresar a las enseñazas del camino andino y maya.
🌿Ella no lo sabe, pero ese tambor que tejía con las manos… tejía también su segundo corazón.
Nueve años más tarde, ese corazón daría vida a nuevas tribus.
A nuevas mujeres. A nuevas formas de recordar.
🌿Ella no lo sabe, pero el divorcio que la quebró fue también el que la liberó.
Sus pies se separaron del suelo, solo para elevarse hacia las estrellas.
Y mirar la vida desde un cielo más propio.
🌿Ella no lo sabe, pero ese abrazo a su abuela, a la que fue a ver en Colombia en un acto impulsivo, sería el último. El más sentido.
🌿Ella no lo sabe, pero ya estaba guiando a otras mujeres a recordar el lenguaje de su útero, la voz de su energía creadora, la autoridad de su alma.
Ella ya abría cielos y sostenía nuevas tierras.
🌿Ella no lo sabe, pero mientras ve crecer su creación junto a su hija, también está sembrando un camino de flores y abejas para muchas más.
Una ofrenda viva porque "el camino de las mujeres, es un camino de flores".🌸
Hoy soy Mujer Medicina.
Y sigo creciendo con cada paso, con cada historia, con cada mujer que se atreve a volver a sí misma.
Si algo en este relato te tocó, escríbeme un 🌸 para florecer juntas.