24/07/2025
Una crisis de Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) se manifiesta como una intensa y repentina desregulación emocional, a menudo acompañada de pensamientos y conductas impulsivas y autolesivas, que se desencadenan por situaciones de abandono real o percibido. Estas crisis pueden incluir intensos cambios de humor, sentimientos de vacío y desesperación, e incluso conductas autodestructivas.
Síntomas de una crisis de TLP:
Desregulación emocional:
Cambios drásticos en el estado de ánimo, pasando rápidamente de la euforia a la tristeza profunda, o a la ira intensa.
Miedo intenso al abandono:
Esfuerzos desesperados por evitar la soledad o la pérdida de relaciones, incluso si son inestables o poco saludables.
Conductas impulsivas:
Actos arriesgados como consumo de dr**as, gastos excesivos, s**o sin protección, o conducción temeraria.
Autolesiones:
Cortarse, quemarse, o cualquier otra forma de daño físico intencional como respuesta al dolor emocional.
Pensamientos suicidas:
Ideas recurrentes de muerte o autolesión.
Sentimientos de vacío y desesperación:
Una sensación persistente de vacío emocional, acompañada de angustia y desasosiego.
Dificultad para controlar la ira:
Ira intensa e inapropiada, dificultad para manejar la frustración y la rabia.
Comportamientos autodestructivos:
Acciones que dañan la propia persona, tanto física como emocionalmente.
Sentimientos de disociación:
Experimentar la sensación de estar separado de uno mismo, como si se estuviera observando desde fuera.
Causas de las crisis de TLP:
Experiencias traumáticas:
Abuso físico, emocional o sexual, especialmente durante la infancia, pueden desencadenar el desarrollo de TLP y sus crisis.
Entorno familiar disfuncional:
La exposición a la inestabilidad emocional y la falta de apoyo en la infancia también pueden contribuir.
Factores genéticos:
Existe evidencia de que la predisposición genética puede jugar un papel en el desarrollo del TLP.