
14/12/2024
Hacer. Para cuando el destino nos alcance.
Psic. Alejandro Yañez Peralta
Revista ProNeza. Agosto de 2024
https://issuu.com/revistaproneza/docs/revista_agosto-2024
¿Cuál es la edad ideal en la que es conveniente planificar el futuro? Tal vez la respuesta se encuentre en función del nivel de prevención que cada uno maneja, y la distancia de ese futuro que a cada uno le interese. En este artículo se aborda el futuro en el que se ha alcanzado la tercera edad y los años que le siguen, esa que se caracteriza por una serie de cambios biológicos, psicológicos y sociales de gran importancia, cambios que tienen un impacto en las relaciones y el bienestar de quienes entran en esta etapa.
A menos que muramos, envejeceremos como parte de un proceso natural e inevitable de la vida, por ello, es conveniente tener presente algunas consideraciones.
Ante la constante difusión por parte de las tecnologías de la comunicación con sus medios tradicionales, digitales y emergentes, de la ecuación: juventud es igual a belleza, hay gente que vive con temor de las huellas del tiempo en su ser: aparición de arrugas, flacidez, cabello cano, etc., sentimiento para el cual es necesario desarrollar una mirada crítica sobre estos contenidos y su objetivo relacionado con el consumismo, de modo que se dé un giro de pensamiento que promueva otros valores: la experiencia, el conocimiento, la inteligencia, la bondad, etc. como aspectos más importantes que la apariencia física.
Adicionalmente en la medida que la tercera edad se aproxima, hay una serie de afectaciones propias de la naturaleza de la edad, tales como deficiencia en huesos, mùsculos y articulaciones, así como cambios en la visión, audición y cognición, afectaciones que pueden tener un bajo impacto si desde ya, se practica un estilo de vida saludable con algunas acciones básicas: llevar una dieta balanceada, realizar actividad física con cierta regularidad, mantener un peso adecuado, tener un descanso acorde con la energía gastada y una buena gestión del estrés, además de un monitoreo a través de una buena atención médica preventiva.
En el tema del cuidado de las emociones para cuando llegue este periodo, es importante trabajar en mantener una mente activa a través de una buena estimulación cognitiva, así como tejer una red de apoyo a través de relaciones sociales armónicas con familiares, amigos y la comunidad para evitar en el futuro el aislamiento social; adicionalmente, es necesario contar con uno o varios propósitos en la vida que, de acuerdo con las circunstancias que se van presentando, sean susceptibles de renovarse si se desea; estas acciones adquieren relevancia dado que contribuyen a la satisfacción personal y al bienestar emocional, y también en la medida que dotan de recursos a las personas, para afrontar dificultades emocionales que pueden surgir en la vejez.
En cuanto a la sexualidad en el umbral de la tercera edad y años posteriores, Herrera, (2002) afirma que ésta se basa en una optimización de la calidad de la relación, más que en la cantidad de la misma, considerándola como una integración de la personalidad, el género, la intimidad, pensamientos, sentimientos, valores, afinidades, intereses, etc. y sostiene que los cambios fisiológicos, anatómicos y funcionales en los órganos sexuales a esa edad, no necesariamente implican la interrupción de una vida sexual activa, pero exige una adaptación del comportamiento sexual a su nuevo funcionamiento, a fin de evitar frustraciones que deriven (por cuestiones emocionales) en el cese innecesario de la actividad sexual. Medidas que pueden tomarse para un arribo lo más sano posible a los terrenos de la pulsión sexual en esta etapa, son: considerar que una mala salud física o psíquica influirá en la respuesta sexual, de aquí se desprende la importancia de un cuidado integral para prevenir
enfermedades, de las que algunos medicamentos influyen de manera importante en la sexualidad ya sea porque incrementan o disminuyen la líbido, alteran la excitación y el orgasmo, agrandan las mamas, causan impotencia, disminuyen la testosterona, etc.; para ello las revisiones ginecológicas con cierta periodicidad son fundamentales así como la revisión del antígeno prostático a intervalos adecuados; del mismo modo evitar malos hábitos relacionados con la ingesta de alcohol, consumo de tabaco y de sustancias ilegales, a la par de cuidar la estabilidad emocional.
En cuanto a la seguridad económica en la vejez, gastos relacionados con vivienda, calzado, vestido, alimento, impuestos por servicios, salud, esparcimiento, transporte, etc. de una persona en esta etapa, equivale, de acuerdo con la Consultora Estrategias de Acompañamiento y Servicios Educativos. (2018) a entre el 68 y 88% de los gastos de un adulto promedio actual (si no hay presente una enfermedad cuyo afrontamiento incrementa los gastos); tiene relevancia preguntarse cuáles serán las fuentes de ingreso llegado ese momento; una investigación realizada en México por Atlatenco Ibarra et al. (2020), encontró a través de la revisión de diversos estudios, que en uno de ellos un porcentaje menor de los jóvenes que participaron, han pensado en hacer un ahorro para el retiro dadas sus condiciones laborales a través de una AFORE o de manera independiente; en uno más, quienes participaron, en su mayoría enfrentarán sus gastos por medio de un negocio propio; en otro, más de la mitad consideró que sus hijos se harán cargo de mantenerlos económicamente en la vejez, en el último, un buen porcentaje considera como un gran apoyo las pensiones no contributivas (en México llamada Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores) más los ingresos de su trabajo; ejemplos todos estos que generan la pregunta ¿Cuáles serán tus fuentes de ingreso llegando a esa etapa de tu vida? Tal vez las acciones deben empezar ya, se tenga la edad que sea; un gran apoyo puede ser adquirir un buen alfabetismo financiero.
En el proceso que inicia en los perímetros de la tercera edad, suceden una serie de pérdidas (si acaso no se han dado ya), como el papel reproductivo, la pareja, la disminución de la fuerza física, lo amigos, los hijos, así como la independencia psicológica (Herrera, 2002), tener conocimiento sobre éstas y prepararse para afrontarlas de la mejor manera, es fundamental a través de practicar estilos de vida saludables en los planos físico y psicológico.
Referencias
Atlatenco Ibarra, Q., Garza Carranza, M. T. D. L., & López Lemus, J. A. (2020). Pensiones contributivas como fuente de ingresos en la vejez prevista por los jóvenes mexicanos. Entreciencias: diálogos en la sociedad del conocimiento, 8(22).
Consultora Estrategias de Acompañamiento y Servicios Educativos. (2018). Escalas de equivalencia para adultos mayores en México. México: Consar.
Herrera, P. (2003). Sexualidad en la vejez: ¿mito o realidad?. Revista chilena de obstetricia y ginecología, 68(2), 150-162
Revista Proneza Agosto 2024