Fundación el Sur También Existe

Fundación el Sur También Existe Fundación el Sur También Existe UNA FUNDACION, ¿PARA QUIÉN? Algunos aislados completamente durante varios días.

- Más de 12 mil personas damnificadas.

En los pueblos del Sur la gente sigue contando el paso del tiempo por la memoria de sucesos que marcan sus vidas con el recuerdo de desastres cíclicos: el año de la sequía, el terremoto, el año de la inundación… en octubre del 2005 un huracán bautizado con el nombre de Stan arrasó las zonas de la costa y sierra de Chiapas, dejando un rastro de destrucción que aún hoy, mediados del 2008, perdura no sólo en el recuerdo de quienes sufrieron sus efectos, sino en las familias que actualmente siguen emigrando, continúan sin vivienda ni escuela para los hijos o padecen las secuelas del saldo que el huracán dejó en las tierras productivas o en el campo de la salud. Una breve fotografía de datos nos enmarca la magnitud del desastre:



- 40,000 viviendas afectadas

- 600 carreteras destrozadas

- 41 municipios afectados. La producción pesquera y cafetalera quedó seriamente afectada, quedando principalmente el sector campesino en un estado de indefensión y vulnerabilidad del que todavía no se recupera. Hay otros desastres que padecen las poblaciones del sur de México, principalmente destacan los estados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas. Se trata de emergencias permanentes puesto que se componen de pueblos en su mayoría indígenas donde el Estado aplica una política de marginación y asistencialismo que convierte en casos endémicos enfermedades curables como:



El tracoma: infección ocular que se transmite de persona a persona en lugares donde el agua es de mala calidad y hay condiciones de hacinamiento y desnutrición de la población. En Chiapas es una enfermedad endémica en cinco municipios, con más de dos mil personas afectadas por ceguera permanente. La tuberculosis: 20.000 casos reportados cada año en México con resultado de 6.000 fallecimientos en zonas con desnutrición endémica y carencia de vacunas, así como de nulo seguimiento médico del tratamiento iniciado. Trabajo infantil: 3.3 millones de menores de edad trabajando principalmente en el sector agrícola y usados en el comercio sexual, así como en diversas actividades de la economía subterránea. Más de 3 millones con el futuro hipotecado por carecer de una base educativa sólida y de un horizonte laboral que les permita romper el círculo pobreza-marginación. La Fundación el Sur también existe enfocará su trabajo, dedicación y recursos hacia las comunidades en condiciones de marginalidad económica que sufren desastres temporales y otros de carácter permanente como los aquí señalados y que, aunque en muchos casos, están en posesión legal del territorio, carecen de la infraestructura y los recursos para el desarrollo de sus potencialidades, tanto en lo individual como en el aspecto comunitario, no pudiendo aplicar ningún valor agregado a sus productos y actividades, por lo que se limitan a una agricultura de subsistencia y, a veces, optan por la ganadería, que finalmente repercute en la destrucción del entorno, sin solventar las carencias sanitarias ni educativas de estas poblaciones excluidas del progreso social, donde los servicios de salud no llegan y la educación es un pupitre asentado en piso de tierra y un libro compartido entre varios niños.

La Independencia de México (1810-1821): El surgimiento de una nación libre La Independencia de México fue uno de los pro...
26/10/2025

La Independencia de México (1810-1821): El surgimiento de una nación libre

La Independencia de México fue uno de los procesos sociales, políticos y bélicos más trascendentales de la historia nacional, pues marcó el fin de más de tres siglos de dominación colonial española y sentó las bases para la formación de un Estado soberano. Su desarrollo, que abarcó más de una década, estuvo impulsado por ideales de justicia, libertad, igualdad y soberanía popular, en un contexto global marcado por revoluciones y transformaciones profundas en las estructuras políticas de Occidente.

Contexto histórico y causas profundas

A lo largo de la época virreinal (1521-1821), la Nueva España fue un territorio fundamental dentro del Imperio español, con una economía basada en la explotación de recursos naturales, la agricultura y la minería, sostenida por un sistema social jerárquico. En la cúspide se encontraban los peninsulares (españoles nacidos en España), seguidos por los criollos (descendientes de españoles nacidos en América), mestizos, indígenas y afrodescendientes, estos últimos sometidos a condiciones de marginación y explotación.

La Ilustración del siglo XVIII, con sus ideas de soberanía popular, derechos naturales y división de poderes, influyó decisivamente en las élites criollas, que comenzaron a cuestionar la legitimidad del dominio español. Asimismo, procesos como la independencia de las Trece Colonias (1776) y la Revolución Francesa (1789) demostraron que era posible derrocar a regímenes opresores. A esto se sumó la invasión napoleónica a España en 1808 y la abdicación de Fernando VII, lo que debilitó el poder imperial y generó un vacío político que sirvió de catalizador para los movimientos independentistas en América.

El inicio del movimiento: El Grito de Dolores

La conspiración independentista comenzó a gestarse en Querétaro, encabezada por figuras como el corregidor Miguel Domínguez, Josefa Ortiz de Domínguez, Ignacio Allende y el sacerdote Miguel Hidalgo y Costilla. El plan fue descubierto antes de tiempo, lo que obligó a sus líderes a actuar de manera precipitada. El 16 de septiembre de 1810, Hidalgo convocó a la población desde el púlpito de su parroquia en Dolores, Guanajuato, llamando a levantarse contra el gobierno virreinal. Este acto, conocido como el Grito de Dolores, es considerado el inicio oficial del movimiento de independencia.

La primera etapa (1810-1811) estuvo caracterizada por un levantamiento popular masivo. Hidalgo, Allende y otros insurgentes lograron importantes victorias en localidades como Guanajuato y Valladolid, pero fueron derrotados finalmente en Puente de Calderón. Hidalgo fue capturado y ejecutado en 1811, lo que no detuvo el movimiento.

Consolidación de la lucha y liderazgo insurgente

Tras la muerte de Hidalgo, la causa fue retomada por José María Morelos y Pavón, quien dotó al movimiento de una estructura política más sólida. En 1813 convocó el Congreso de Chilpancingo, donde se redactó el documento "Sentimientos de la Nación", que abogaba por la independencia, la soberanía popular, la abolición de la esclavitud y la eliminación de privilegios. En 1814 se promulgó la Constitución de Apatzingán, primera carta magna del México insurgente.

Morelos fue capturado en 1815, pero la lucha continuó bajo líderes como Vicente Guerrero, Guadalupe Victoria y Pedro Moreno. A partir de 1816, el movimiento entró en una etapa de guerra de guerrillas debido a la represión realista.

Consumación de la independencia

La situación cambió con el regreso de Fernando VII al trono español y la promulgación de la Constitución liberal de Cádiz en 1820, que reducía el poder del absolutismo. Esto provocó que sectores conservadores en Nueva España, que temían perder sus privilegios, se acercaran a los insurgentes. En este contexto, Agustín de Iturbide, un oficial realista, negoció con Vicente Guerrero el Plan de Iguala (24 de febrero de 1821), que proponía la independencia bajo tres garantías: religión católica, unión de todos los grupos sociales e independencia bajo una monarquía moderada.

El 27 de septiembre de 1821, el Ejército Trigarante entró triunfante a la Ciudad de México, marcando el fin del dominio español y el nacimiento de una nueva nación.

Legado y trascendencia

La independencia no solo significó el fin del régimen colonial, sino el inicio de un complejo proceso de construcción nacional. La nueva nación enfrentó enormes desafíos: la falta de instituciones sólidas, conflictos internos por el modelo de gobierno y una economía debilitada. Sin embargo, el ideal de soberanía y libertad que inspiró la lucha permaneció como eje central de la identidad mexicana.

Hoy, la independencia es recordada como el acontecimiento fundacional del Estado mexicano moderno. Su legado se refleja en la defensa de la autodeterminación, la justicia social y la unidad nacional, valores que siguen guiando la vida política del país.

Fuentes consultadas:
Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM). “La Independencia de México.” Gobierno de México. [https://inehrm.gob.mx](https://inehrm.gob.mx)
Hamnett, Brian R. Historia de México. Fondo de Cultura Económica, 2021.
Meyer, Jean; Sherman, William. La Revolución Mexicana y sus antecedentes. México: FCE, 2010.
Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. “Proceso de Independencia Mexicana.” [https://www.cervantesvirtual.com](https://www.cervantesvirtual.com)

La Reforma Liberal y la Guerra de Reforma (1857-1861): El nacimiento del Estado laico mexicano La Reforma Liberal fue un...
19/10/2025

La Reforma Liberal y la Guerra de Reforma (1857-1861): El nacimiento del Estado laico mexicano

La Reforma Liberal fue un profundo movimiento político, social e ideológico que transformó radicalmente las estructuras del Estado mexicano durante el siglo XIX. Su objetivo fundamental fue establecer un orden político basado en los principios del liberalismo, limitar el poder de las corporaciones tradicionales —especialmente la Iglesia católica y el ejército— y consolidar un Estado laico y moderno. Este proceso, que tuvo como epicentro la promulgación de la Constitución de 1857 y culminó con la Guerra de Reforma (1857-1861), marcó un antes y un después en la historia nacional, sentando las bases del México republicano.

Contexto histórico: del México independiente a la crisis estatal

Tras consumarse la independencia en 1821, México enfrentó décadas de inestabilidad política, económica y social. La lucha entre liberales y conservadores definió gran parte del siglo XIX. Los liberales aspiraban a un Estado basado en la soberanía popular, la igualdad ante la ley y la separación entre Iglesia y Estado. Los conservadores, en cambio, defendían el orden colonial heredado, el poder eclesiástico y la monarquía como forma de gobierno.

Durante la primera mitad del siglo, el país estuvo marcado por pronunciamientos militares, dictaduras, invasiones extranjeras y crisis financieras. La centralización del poder en el ejército y el enorme control económico, político y social que la Iglesia ejercía —dueña de más de la mitad de las propiedades del país y con influencia decisiva en la educación— dificultaban cualquier proyecto de modernización. En este contexto, la Reforma surgió como una respuesta a la necesidad de construir un Estado nacional fuerte y soberano.

Las Leyes de Reforma: el inicio del cambio

El movimiento liberal comenzó a ganar terreno político en la década de 1850, especialmente tras la Revolución de Ayutla (1854-1855), que derrocó la dictadura de Antonio López de Santa Anna. Con el triunfo liberal, Juan Álvarez asumió la presidencia y, posteriormente, Ignacio Comonfort impulsó una agenda reformista encabezada por figuras como Benito Juárez, Melchor Ocampo, Miguel Lerdo de Tejada y Guillermo Prieto.

Entre 1855 y 1857 se promulgaron leyes fundamentales que sentaron las bases del nuevo orden:

Ley Juárez (1855): Eliminó los fueros eclesiásticos y militares en asuntos civiles, estableciendo la igualdad ante la ley.
Ley Lerdo (1856): Ordenó la desamortización de los bienes de las corporaciones civiles y religiosas, con el fin de crear una clase media propietaria.
Ley Iglesias (1857): Prohibió el cobro de derechos parroquiales a los pobres por parte del clero.

Estas medidas debilitaron el poder de la Iglesia y del ejército, generando una feroz oposición conservadora. En 1857 se promulgó la Constitución liberal, que incorporó derechos fundamentales como la libertad de imprenta, la soberanía popular, el federalismo y la libertad de culto, marcando una ruptura definitiva con el modelo colonial.

La Guerra de Reforma: liberales contra conservadores

La promulgación de la Constitución de 1857 exacerbó el conflicto ideológico. Los conservadores, encabezados por Félix Zuloaga, desconocieron la Carta Magna mediante el Plan de Tacubaya y establecieron un gobierno paralelo en la Ciudad de México. Los liberales, con Benito Juárez como presidente constitucional, instalaron su gobierno en Veracruz.

Así comenzó la Guerra de Reforma (1857-1861), un enfrentamiento civil caracterizado por intensas batallas, pronunciamientos militares y crisis políticas. Los conservadores contaban con el apoyo de la Iglesia, sectores terratenientes y el ejército; los liberales, por su parte, representaban a la clase media emergente, intelectuales y sectores urbanos progresistas.

Durante la guerra, Juárez promulgó nuevas Leyes de Reforma (1859-1860) que radicalizaron la transformación: nacionalización de bienes eclesiásticos, secularización de cementerios, matrimonio civil, libertad de culto y separación definitiva entre Iglesia y Estado. Estas leyes sentaron las bases del Estado laico mexicano.

La guerra culminó en enero de 1861 con la entrada triunfal de Juárez a la Ciudad de México y la victoria liberal. Sin embargo, el país quedó devastado económicamente y dividido políticamente, situación que desembocó en la posterior Intervención Francesa (1862-1867).

Consecuencias y legado histórico

La Reforma Liberal fue mucho más que un conflicto político; fue una auténtica revolución social e institucional. Al debilitar a las corporaciones tradicionales, el Estado mexicano asumió el control sobre la educación, la economía y la vida civil. El matrimonio, el registro de nacimientos y defunciones, antes monopolizados por la Iglesia, pasaron al ámbito del Estado, lo que significó un paso decisivo hacia la modernidad.

El triunfo liberal también consolidó el principio de soberanía nacional frente a las presiones extranjeras y sentó las bases para la construcción de un Estado republicano y federal. Aunque el liberalismo decimonónico enfrentó críticas por no resolver problemas estructurales como la desigualdad social o la concentración de la tierra, sus logros fueron fundamentales para el desarrollo del constitucionalismo moderno en México.

En la actualidad, los principios de la Reforma —Estado laico, libertad de culto, igualdad ante la ley y supremacía de la Constitución— siguen siendo pilares del sistema político mexicano. Por ello, la Reforma Liberal es considerada uno de los movimientos sociales más importantes de la historia del país, al haber definido la estructura del Estado moderno y su relación con la sociedad.

Fuentes consultadas:

Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM). “La Reforma Liberal.” Gobierno de México. [https://inehrm.gob.mx](https://inehrm.gob.mx)
Hamnett, Brian R. Juárez. México: Fondo de Cultura Económica, 2018.
Meyer, Jean; Sherman, William. México: Breve historia contemporánea. México: FCE, 2020.
Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. “La Reforma Liberal en México.” [https://www.cervantesvirtual.com](https://www.cervantesvirtual.com)

La Revolución Mexicana (1910-1920): La transformación profunda del Estado y la sociedad La Revolución Mexicana fue uno d...
19/10/2025

La Revolución Mexicana (1910-1920): La transformación profunda del Estado y la sociedad

La Revolución Mexicana fue uno de los movimientos sociales, políticos y armados más importantes de América Latina en el siglo XX. Iniciada en 1910 como una rebelión contra la dictadura de Porfirio Díaz, se convirtió en un amplio proceso de transformación nacional que modificó profundamente la estructura política, social, económica y cultural de México. Durante una década de intensos conflictos, surgieron nuevos proyectos de nación, se redefinieron las relaciones de poder y se sentaron las bases del Estado moderno mexicano.

Contexto histórico: el Porfiriato y sus contradicciones

La Revolución Mexicana no puede entenderse sin el análisis del Porfiriato (1876-1911), un largo periodo de estabilidad política bajo el liderazgo de Porfirio Díaz, quien gobernó con mano firme durante más de 30 años. Su régimen consolidó el poder del Estado, impulsó la modernización del país mediante la inversión extranjera y el desarrollo de infraestructura, ferrocarriles e industria. Sin embargo, este progreso tuvo un alto costo social.

El modelo económico porfirista favoreció a las élites nacionales y extranjeras, provocando una profunda concentración de la riqueza. La mayoría de la población campesina vivía en condiciones de pobreza, sometida al sistema de haciendas y despojada de sus tierras comunales. El poder político estaba monopolizado por un grupo reducido de oligarcas, mientras que las libertades políticas y los derechos laborales eran severamente restringidos. La represión a opositores, la censura y la falta de democracia generaron un creciente descontento social.

En este contexto, surgió una nueva clase media ilustrada y urbana que exigía apertura democrática y reformas políticas. Estas tensiones estructurales serían el detonante de la revolución.

El estallido revolucionario: el Plan de San Luis

En 1908, Porfirio Díaz declaró en una entrevista con el periodista estadounidense James Creelman que México estaba listo para la democracia y que no se postularía en las siguientes elecciones. Sin embargo, en 1910 volvió a presentarse y ganó mediante el fraude electoral, arrestando a su principal opositor, Francisco I. Madero.

Desde el exilio en Estados Unidos, Madero proclamó el Plan de San Luis el 5 de octubre de 1910, llamando a levantarse en armas el 20 de noviembre para derrocar a Díaz y restablecer la legalidad constitucional. La insurrección estalló en distintos puntos del país, encabezada por líderes revolucionarios como Francisco “Pancho” Villa en el norte y Emiliano Zapata en el sur, quien exigía la restitución de tierras con el lema “Tierra y Libertad”.

En mayo de 1911, tras varios meses de lucha, Díaz renunció y se exilió en Francia, marcando el fin del Porfiriato y el inicio de una nueva etapa en la historia de México.

Luchas internas y fragmentación revolucionaria

Aunque la renuncia de Díaz representó una victoria inicial, las diferencias entre los distintos grupos revolucionarios pronto salieron a la luz. Madero asumió la presidencia en 1911 con un proyecto moderado de transición democrática, pero su gobierno enfrentó múltiples desafíos: la resistencia de los porfiristas, las presiones de los revolucionarios radicales y la desconfianza del ejército.

En 1913, un golpe de Estado conocido como la Decena Trágica derrocó y asesinó a Madero. El general Victoriano Huerta asumió el poder con apoyo conservador, lo que provocó la formación del Ejército Constitucionalista encabezado por Venustiano Carranza, junto con Villa y Álvaro Obregón. Tras intensos combates, Huerta fue derrocado en 1914.

Sin embargo, las divisiones internas entre los revolucionarios llevaron a una guerra civil. Villa y Zapata defendían un proyecto social radical basado en la justicia agraria y la autonomía local, mientras que Carranza y Obregón impulsaban un modelo de Estado centralizado y constitucionalista. La lucha entre facciones continuó hasta la derrota definitiva de Villa y Zapata, este último asesinado en 1919.

La Constitución de 1917 y la consolidación del nuevo Estado

Uno de los mayores logros de la Revolución fue la Constitución de 1917, promulgada bajo el gobierno de Carranza. Este documento incorporó principios revolucionarios y representó un avance significativo en materia de derechos sociales y soberanía nacional. Entre sus artículos más importantes destacan:

Artículo 27: Estableció el dominio de la nación sobre el suelo y el subsuelo, así como la posibilidad de expropiación por causa de utilidad pública.
Artículo 123: Reconoció derechos laborales fundamentales como la jornada de ocho horas, el salario mínimo, el derecho a huelga y la organización sindical.
Artículo 3: Estableció la educación laica, gratuita y obligatoria.

Estos principios sentaron las bases del Estado social mexicano, otorgando al gobierno un papel activo en la justicia social, la economía y la educación.

Consecuencias y legado histórico

La Revolución Mexicana transformó profundamente la estructura del país. En lo político, consolidó el sistema presidencialista y sentó las bases para la creación de instituciones modernas. En lo social, impulsó la redistribución de tierras, fortaleció los derechos laborales y dio origen a políticas públicas orientadas a la justicia social. En lo cultural, promovió un nacionalismo revolucionario que influyó en el arte, la literatura, la educación y la identidad nacional.

No obstante, el proceso revolucionario también dejó una secuela de violencia —con más de un millón de mu***os—, destrucción económica y una prolongada lucha por el poder. El surgimiento del Partido Nacional Revolucionario (PNR) en 1929, antecesor del PRI, consolidó un régimen político estable, aunque marcado por el autoritarismo en las décadas posteriores.

A más de un siglo de su inicio, la Revolución Mexicana sigue siendo un referente histórico fundamental. Sus ideales de justicia social, soberanía, democracia y derechos laborales continúan siendo pilares del proyecto nacional mexicano y fuente de reflexión sobre los desafíos del presente.

Fuentes consultadas:

Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM). “La Revolución Mexicana.” Gobierno de México. [https://inehrm.gob.mx](https://inehrm.gob.mx)
Knight, Alan. La Revolución Mexicana. México: Fondo de Cultura Económica, 2013.
Meyer, Jean; Sherman, William. México: Breve historia contemporánea. México: FCE, 2020.
Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. “La Revolución Mexicana.” [https://www.cervantesvirtual.com](https://www.cervantesvirtual.com)

El Movimiento Estudiantil de 1968: Lucha por la democracia y los derechos civiles en México El Movimiento Estudiantil de...
06/10/2025

El Movimiento Estudiantil de 1968: Lucha por la democracia y los derechos civiles en México

El Movimiento Estudiantil de 1968 fue uno de los acontecimientos sociales y políticos más significativos del siglo XX en México. Surgido como una protesta contra la represión y el autoritarismo del régimen priista, el movimiento trascendió las demandas estudiantiles y se convirtió en un amplio clamor por la libertad política, el respeto a los derechos humanos, la democracia y la justicia social. Su brutal represión el 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco marcó un punto de inflexión en la historia contemporánea del país y dejó una huella imborrable en la memoria colectiva de la nación.

Contexto político y social: el México del desarrollo estabilizador

Durante las décadas de 1950 y 1960, México experimentó un periodo de crecimiento económico conocido como el “desarrollo estabilizador”, caracterizado por un aumento sostenido del PIB, modernización industrial e incremento de la clase media. Sin embargo, este aparente progreso contrastaba con una realidad política autoritaria y excluyente.

El país estaba gobernado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que desde 1929 había consolidado un régimen de partido hegemónico. Aunque existía una fachada democrática con elecciones periódicas, el poder real estaba concentrado en el presidente y un pequeño grupo político. Las libertades de expresión, asociación y manifestación eran restringidas, y la represión estatal era común contra movimientos sociales, obreros y campesinos.

En este contexto, las universidades públicas, especialmente la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN), se convirtieron en espacios de pensamiento crítico, debate ideológico y oposición al autoritarismo. La juventud universitaria, influenciada por los movimientos de derechos civiles en Estados Unidos, la Revolución Cubana y las protestas globales de 1968, comenzó a cuestionar el sistema político mexicano.

El estallido del movimiento

El conflicto se originó el 26 de julio de 1968 a partir de una serie de enfrentamientos entre estudiantes del IPN y de la UNAM con la policía y el cuerpo de granaderos. La represión desproporcionada por parte del gobierno provocó una escalada de protestas y la conformación de un frente común entre diferentes instituciones educativas. El Consejo Nacional de Huelga (CNH), integrado por representantes estudiantiles, se convirtió en el órgano dirigente del movimiento.

Las demandas del CNH fueron sintetizadas en un pliego petitorio de seis puntos:

1. Libertad a los presos políticos.
2. Destitución de jefes policiacos responsables de la represión.
3. Desaparición del cuerpo de granaderos.
4. Derogación de los artículos represivos del Código Penal (145 y 145 bis).
5. Indemnización a las víctimas de la represión.
6. Juicio político a los funcionarios responsables.

Estas exigencias, aunque nacidas del ámbito estudiantil, se convirtieron en un reclamo nacional contra el autoritarismo. El movimiento no buscaba derrocar al gobierno, sino democratizar el sistema político y garantizar los derechos civiles.

La represión y la masacre de Tlatelolco

El gobierno del presidente Gustavo Díaz Ordaz respondió con dureza a las protestas. Las marchas, mítines y asambleas fueron sistemáticamente reprimidos, y el discurso oficial acusó a los estudiantes de ser manipulados por “agitadores extranjeros” y “enemigos de la patria”. La cercanía de los Juegos Olímpicos de 1968, que se celebrarían en la Ciudad de México, llevó al régimen a intentar sofocar cualquier forma de protesta para evitar una “mala imagen” internacional.

La tensión alcanzó su punto máximo el 2 de octubre de 1968. Ese día, miles de estudiantes y simpatizantes se reunieron en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, para realizar un mitin pacífico. Sin previo aviso, el ejército y la policía rodearon la zona. Poco después de las 18:00 horas, comenzó un tiroteo —según investigaciones posteriores, iniciado por miembros del Batallón Olimpia infiltrados entre los manifestantes— que derivó en una masacre.

El número exacto de víctimas sigue siendo objeto de debate. Las cifras oficiales reconocieron 26 mu***os, pero investigaciones independientes estiman entre 200 y 300 personas asesinadas, además de cientos de heridos y desaparecidos. Miles de estudiantes fueron arrestados sin juicio, y el movimiento fue temporalmente desarticulado.

Consecuencias políticas y legado histórico

A pesar de la brutal represión, el Movimiento Estudiantil de 1968 marcó un punto de inflexión en la historia política de México. Aunque no logró sus objetivos inmediatos, evidenció ante la sociedad y el mundo el carácter autoritario del régimen priista y el uso sistemático de la violencia estatal para mantener el control político.

En las décadas siguientes, el movimiento impulsó profundas transformaciones sociales. Surgió una nueva generación de activistas, intelectuales y organizaciones civiles que continuarían luchando por la democracia, los derechos humanos y la justicia social. En el ámbito político, la presión social contribuyó a la apertura democrática paulatina, la legalización de partidos de oposición y la eventual transición a un sistema multipartidista.

En el plano cultural, el movimiento generó una vasta producción artística, literaria y cinematográfica que contribuyó a construir la memoria colectiva de 1968. Tlatelolco se convirtió en símbolo de resistencia y lucha por la libertad, y cada 2 de octubre se conmemora en México como un día de memoria y exigencia de justicia.

El Movimiento Estudiantil de 1968 no fue solo una protesta universitaria, sino un movimiento social de alcance nacional que cuestionó los fundamentos del poder autoritario en México. Representó el despertar político de la sociedad civil, la irrupción de nuevas formas de participación ciudadana y el inicio de un proceso de democratización que, aunque lento y conflictivo, transformó profundamente al país.

Más de medio siglo después, el eco de aquel movimiento sigue vivo en las luchas contemporáneas por los derechos humanos, la justicia social y la democracia. Su legado es una advertencia contra la represión estatal y un recordatorio permanente de que la libertad y la democracia son conquistas que deben defenderse día a día.

Fuentes consultadas:

Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM). “Movimiento Estudiantil de 1968.” Gobierno de México. [https://inehrm.gob.mx](https://inehrm.gob.mx)
Poniatowska, Elena. La noche de Tlatelolco. México: Ediciones Era, 1971.
Zolov, Eric. Refried Elvis: The Rise of the Mexican Counterculture. Berkeley: University of California Press, 1999.
Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. “El Movimiento del 68 en México.” [https://www.cervantesvirtual.com](https://www.cervantesvirtual.com)


Juventino Rosas – El genio romántico del vals eterno(Santa Cruz, Guanajuato, México; 25 de enero de 1868-Surgidero de Ba...
28/09/2025

Juventino Rosas – El genio romántico del vals eterno
(Santa Cruz, Guanajuato, México; 25 de enero de 1868-Surgidero de Batabanó, Mayabeque, Cuba; 9 de julio de 1894)

Vida y formación
José Juventino Policarpo Rosas Cadenas nació el 25 de enero de 1868 en Santa Cruz de Galeana (hoy Santa Cruz de Juventino Rosas), Guanajuato. Hijo de padre otomí músico y madre mestiza, comenzó aprendiendo violín con su padre y desde joven participó en agrupaciones populares del centro de Ciudad de México. Estudió ocasionalmente en el conservatorio, pero no concluyó los exámenes.
Contexto histórico y cultural
Desde niño fue músico callejero y religioso; tocó en bandas de hermanos Aguirre y Elvira, hasta que pérdidas familiares truncaron esa etapa. Viajó a EE.UU. en 1893 y participó en la Feria Mundial de Chicago. Luego fue a Cuba, donde falleció en 1894 a causa de mielitis.
Obras principales y aportes
Su obra más famosa es el vals Sobre las Olas (c. 1885), leyenda y símbolo de la música mexicana romántica. Se dice que lo compuso inspirado por una melodía que escuchaba, mientras ella lavaba, o por el agua de una fábrica cercana. A pesar de una vida corta, compuso más de 90 piezas.
Influencia y legado
Sobre las Olas ha trascendido: popular en salones, ferias, hace recordar circos, incluso adaptada al jazz, country, y cantada en películas como The Great Caruso o por Pedro Infante. Aún hoy se considera a Rosas como un compositor poco reconocido pese a su impacto, y recientes montajes buscan rescatar su figura.

Rosas es la voz romántica que, aunque fugaz, dejó una melodía que viajó al mundo entero. Su vals sigue emocionando y revelando que, incluso con pocos recursos y una vida corta, el talento auténtico puede volar libre y eterno.
Fuente: imer.mx

Silvestre Revueltas – Voz moderna e intensa del México profundo(Santiago Papasquiaro, 31 de diciembre de 1899[1]​-Ciudad...
21/09/2025

Silvestre Revueltas – Voz moderna e intensa del México profundo

(Santiago Papasquiaro, 31 de diciembre de 1899[1]​-Ciudad de México, 5 de octubre de 1940)

Vida y formación
Silvestre Revueltas Sánchez nació el 31 de diciembre de 1899 en Santiago Papasquiaro, Durango. Era hermano mayor de una familia de artistas: Fermín (pintor), José (escritor), Consuelo (pintora) y Rosaura (actriz). Desde niño se formó en violín, con recital a los 11 años; ingresó al Conservatorio Nacional en 1913, luego estudió en EE.UU. (St. Edward’s University, Chicago College of Music).
Contexto histórico y cultural
En 1929 fue invitado por Carlos Chávez como director asistente de la Orquesta Sinfónica de México, promoviendo música contemporánea. Se alejó tras discrepancias, formando luego su propia orquesta. Su música abrazó el nacionalismo desde una óptica moderna y vanguardista, integrando ritmos populares, escenas sociales y expresiones indígenas en un lenguaje sinfónico intenso.
Obras principales y aportes
Compuso piezas icónicas como Sensemayá (1938), Janitzio, Redes, La noche de los mayas, Homenaje a García Lorca, Ocho por radio, Cuauhnáhuac, Esquinas y Ventanas. En música de cámara, su Música de feria (Cuarteto No. 4) destaca como obra maestra, reflejando contrastes y atmósferas de ferias mexicanas.
Influencia y legado
Murió joven —en 1940, a los 40 años— de neumonía agravada por alcoholismo y pobreza. Sin embargo, su obra ha sido interpretada y redescubierta persistentemente; hoy se le considera una de las voces más originales y potentes del siglo XX en México.

Revueltas fue el espíritu rebelde del nacionalismo musical: intenso, moderno, arraigado y siempre emocional. Con su música, llevó escenas sociales y la identidad mexicana a un lenguaje orquestal universal y personal.
Fuente: inba.gob.mx

(2 de 4) COMPOSITORES MÁS IMPORTANTES DE MÉXICOCarlos Chávez – El institucionalizador del nacionalismo musical(Popotla —...
14/09/2025

(2 de 4) COMPOSITORES MÁS IMPORTANTES DE MÉXICO

Carlos Chávez – El institucionalizador del nacionalismo musical

(Popotla —hoy perteneciente a la Ciudad de México—, 13 de junio de 1899-Ciudad de México, 2 de agosto de 1978)
Vida y formación
Carlos Antonio de Padua Chávez y Ramírez nació el 13 de junio de 1899 en Popotla, Ciudad de México. Huérfano de padre desde muy joven, recibió lecciones de piano de su hermano y más tarde de Asunción Parra, Manuel M. Ponce y Pedro Luis Ogazón; también estudió armonía con Juan Fuentes. Aunque esencialmente autodidacta, ya en sus veinte años tenía obras importantes compuestas.
Contexto histórico y cultural
Tras la Revolución Mexicana, Chávez emergió como figura clave del nacionalismo musical. Fundó la Orquesta Sinfónica de México (actual Orquesta Sinfónica Nacional) en 1928, con la que estrenó numerosas obras, muchas de compositores mexicanos. Impulsó la difusión de la nueva música contemporánea en México, presentando a autores como Stravinsky, Schönberg, Bartók, Falla, Revueltas y otros.
Obras principales y aportes
Entre sus seis sinfonías, la Sinfonía India (Sinfonía No. 2) destaca por integrar percusiones yaquis y símbolos del México indígena. Composición emblemática fue el ballet Caballos de V***r (Horsepower), proyectado inicialmente junto a Diego Rivera. También compuso El Fuego Nuevo (1921), que utilizó percusiones indígenas, y la pieza Xóchipilli (1940), música azteca imaginaria para exhibición de arte en Nueva York.
Influencia y legado
Fue director del INBA (1947–1952), fundador del Colegio Nacional, editor de la revista Gladios, y principal promotor institucional de la cultura musical en México. Reconocido como consolidado del nacionalismo mexicano, su obra y labor institucional marcaron un antes y un después.

Chávez creó las bases para que la música mexicana tuviera infraestructura, difusión y prestigio. Fue visionario en promover el talento interno y agenda cultural: un legado que perdura en las instituciones y repertorios nacionales.
Fuente:colnal.mx

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EL SUR TAMBIÉN EXISTE

UNA FUNDACION, ¿PARA QUIÉN? En los pueblos del Sur la gente sigue contando el paso del tiempo por la memoria de sucesos que marcan sus vidas con el recuerdo de desastres cíclicos: el año de la sequía, el terremoto, el año de la inundación… en octubre del 2005 un huracán bautizado con el nombre de Stan arrasó las zonas de la costa y sierra de Chiapas, dejando un rastro de destrucción que aún hoy, mediados del 2008, perdura no sólo en el recuerdo de quienes sufrieron sus efectos, sino en las familias que actualmente siguen emigrando, continúan sin vivienda ni escuela para los hijos o padecen las secuelas del saldo que el huracán dejó en las tierras productivas o en el campo de la salud. Una breve fotografía de datos nos enmarca la magnitud del desastre: - 40,000 viviendas afectadas - 600 carreteras destrozadas - 41 municipios afectados. Algunos aislados completamente durante varios días. - Más de 12 mil personas damnificadas. La producción pesquera y cafetalera quedó seriamente afectada, quedando principalmente el sector campesino en un estado de indefensión y vulnerabilidad del que todavía no se recupera. Hay otros desastres que padecen las poblaciones del sur de México, principalmente destacan los estados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas. Se trata de emergencias permanentes puesto que se componen de pueblos en su mayoría indígenas donde el Estado aplica una política de marginación y asistencialismo que convierte en casos endémicos enfermedades curables como: El tracoma: infección ocular que se transmite de persona a persona en lugares donde el agua es de mala calidad y hay condiciones de hacinamiento y desnutrición de la población. En Chiapas es una enfermedad endémica en cinco municipios, con más de dos mil personas afectadas por ceguera permanente.

La tuberculosis: 20.000 casos reportados cada año en México con resultado de 6.000 fallecimientos en zonas con desnutrición endémica y carencia de vacunas, así como de nulo seguimiento médico del tratamiento iniciado. Trabajo infantil: 3.3 millones de menores de edad trabajando principalmente en el sector agrícola y usados en el comercio sexual, así como en diversas actividades de la economía subterránea. Más de 3 millones con el futuro hipotecado por carecer de una base educativa sólida y de un horizonte laboral que les permita romper el círculo pobreza-marginación. La Fundación el Sur también existe enfocará su trabajo, dedicación y recursos hacia las comunidades en condiciones de marginalidad económica que sufren desastres temporales y otros de carácter permanente como los aquí señalados y que, aunque en muchos casos, están en posesión legal del territorio, carecen de la infraestructura y los recursos para el desarrollo de sus potencialidades, tanto en lo individual como en el aspecto comunitario, no pudiendo aplicar ningún valor agregado a sus productos y actividades, por lo que se limitan a una agricultura de subsistencia y, a veces, optan por la ganadería, que finalmente repercute en la destrucción del entorno, sin solventar las carencias sanitarias ni educativas de estas poblaciones excluidas del progreso social, donde los servicios de salud no llegan y la educación es un pupitre asentado en piso de tierra y un libro compartido entre varios niños.