26/10/2025
La Independencia de México (1810-1821): El surgimiento de una nación libre
La Independencia de México fue uno de los procesos sociales, políticos y bélicos más trascendentales de la historia nacional, pues marcó el fin de más de tres siglos de dominación colonial española y sentó las bases para la formación de un Estado soberano. Su desarrollo, que abarcó más de una década, estuvo impulsado por ideales de justicia, libertad, igualdad y soberanía popular, en un contexto global marcado por revoluciones y transformaciones profundas en las estructuras políticas de Occidente.
Contexto histórico y causas profundas
A lo largo de la época virreinal (1521-1821), la Nueva España fue un territorio fundamental dentro del Imperio español, con una economía basada en la explotación de recursos naturales, la agricultura y la minería, sostenida por un sistema social jerárquico. En la cúspide se encontraban los peninsulares (españoles nacidos en España), seguidos por los criollos (descendientes de españoles nacidos en América), mestizos, indígenas y afrodescendientes, estos últimos sometidos a condiciones de marginación y explotación.
La Ilustración del siglo XVIII, con sus ideas de soberanía popular, derechos naturales y división de poderes, influyó decisivamente en las élites criollas, que comenzaron a cuestionar la legitimidad del dominio español. Asimismo, procesos como la independencia de las Trece Colonias (1776) y la Revolución Francesa (1789) demostraron que era posible derrocar a regímenes opresores. A esto se sumó la invasión napoleónica a España en 1808 y la abdicación de Fernando VII, lo que debilitó el poder imperial y generó un vacío político que sirvió de catalizador para los movimientos independentistas en América.
El inicio del movimiento: El Grito de Dolores
La conspiración independentista comenzó a gestarse en Querétaro, encabezada por figuras como el corregidor Miguel Domínguez, Josefa Ortiz de Domínguez, Ignacio Allende y el sacerdote Miguel Hidalgo y Costilla. El plan fue descubierto antes de tiempo, lo que obligó a sus líderes a actuar de manera precipitada. El 16 de septiembre de 1810, Hidalgo convocó a la población desde el púlpito de su parroquia en Dolores, Guanajuato, llamando a levantarse contra el gobierno virreinal. Este acto, conocido como el Grito de Dolores, es considerado el inicio oficial del movimiento de independencia.
La primera etapa (1810-1811) estuvo caracterizada por un levantamiento popular masivo. Hidalgo, Allende y otros insurgentes lograron importantes victorias en localidades como Guanajuato y Valladolid, pero fueron derrotados finalmente en Puente de Calderón. Hidalgo fue capturado y ejecutado en 1811, lo que no detuvo el movimiento.
Consolidación de la lucha y liderazgo insurgente
Tras la muerte de Hidalgo, la causa fue retomada por José María Morelos y Pavón, quien dotó al movimiento de una estructura política más sólida. En 1813 convocó el Congreso de Chilpancingo, donde se redactó el documento "Sentimientos de la Nación", que abogaba por la independencia, la soberanía popular, la abolición de la esclavitud y la eliminación de privilegios. En 1814 se promulgó la Constitución de Apatzingán, primera carta magna del México insurgente.
Morelos fue capturado en 1815, pero la lucha continuó bajo líderes como Vicente Guerrero, Guadalupe Victoria y Pedro Moreno. A partir de 1816, el movimiento entró en una etapa de guerra de guerrillas debido a la represión realista.
Consumación de la independencia
La situación cambió con el regreso de Fernando VII al trono español y la promulgación de la Constitución liberal de Cádiz en 1820, que reducía el poder del absolutismo. Esto provocó que sectores conservadores en Nueva España, que temían perder sus privilegios, se acercaran a los insurgentes. En este contexto, Agustín de Iturbide, un oficial realista, negoció con Vicente Guerrero el Plan de Iguala (24 de febrero de 1821), que proponía la independencia bajo tres garantías: religión católica, unión de todos los grupos sociales e independencia bajo una monarquía moderada.
El 27 de septiembre de 1821, el Ejército Trigarante entró triunfante a la Ciudad de México, marcando el fin del dominio español y el nacimiento de una nueva nación.
Legado y trascendencia
La independencia no solo significó el fin del régimen colonial, sino el inicio de un complejo proceso de construcción nacional. La nueva nación enfrentó enormes desafíos: la falta de instituciones sólidas, conflictos internos por el modelo de gobierno y una economía debilitada. Sin embargo, el ideal de soberanía y libertad que inspiró la lucha permaneció como eje central de la identidad mexicana.
Hoy, la independencia es recordada como el acontecimiento fundacional del Estado mexicano moderno. Su legado se refleja en la defensa de la autodeterminación, la justicia social y la unidad nacional, valores que siguen guiando la vida política del país.
Fuentes consultadas:
Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM). “La Independencia de México.” Gobierno de México. [https://inehrm.gob.mx](https://inehrm.gob.mx)
Hamnett, Brian R. Historia de México. Fondo de Cultura Económica, 2021.
Meyer, Jean; Sherman, William. La Revolución Mexicana y sus antecedentes. México: FCE, 2010.
Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. “Proceso de Independencia Mexicana.” [https://www.cervantesvirtual.com](https://www.cervantesvirtual.com)