25/10/2025
PENSASTE QUE ERA POR TU HIJO....
Mencionaste que era por tu hijo. Que si te ibas, lo rompías y que si te quedabas, lo protegías...
Y entonces aguantaste.
Te tragaste insultos.
Dormiste al lado de alguien con quien ya no había Amor… o peor: donde había gritos, desprecio, humillación o guerra muda.
Pero lo que no viste es que tu hijo nunca necesitó que te quedaras.
Necesitaba ver a dos adultos emocionalmente sanos… no a dos desconocidos llenos de tensión, rencor y miedo.
Se quedó con la ansiedad de no saber si hoy habría gritos. O si iban a romperse a la hora de la cena.
Se quedó con la idea de que el amor es aguantarse.
Que el cariño se mezcla con indiferencia.
Que la familia es eso: un lugar donde nadie se ama y nadie se va.
VISIÓN DESDE EL HIJO:
“No sé por qué… pero siempre tengo miedo antes de que lleguen a casa.
Cuando los escucho hablar, se me cierra el pecho.
No quiero estar ahí…
Pero tampoco quiero que se separen.
Porque si se separan… ¿Será mi Culpa?”
Son las preguntas que se hacen los niños en Terapia... Una de ellas me impacto...
“Ojalá se Divorciaran… al menos podríamos Respirar en casa.”
CONSEJO PRÁCTICO:
Haz este ejercicio contigo mismo/a:
Pregúntate con Honestidad:
“¿ESTOY CRIANDO DESDE EL AMOR... O DESDE EL MIEDO A ROMPER LA FAMILIA?”
Y si te das cuenta de que te quedaste por no romperlo…
Recuerda que lo estás enseñando a aguantar lo que a ti te Destruye.
No lo protegiste quedándote, lo dejaste crecer entre silencios fríos, tensiones densas y afectos rotos.
Le Enseñaste que amae, es sobrevivir juntos sin Tocarse, Sin Hablarse.
Sin Quererse.
Tu hijo no te va a agradecer ese “Sacrificio”.
Va a necesitar años de terapia para entenderlo.
Porque no lo protegiste: lo confundiste, lo dañaste.
Y ahora, él tampoco sabe cómo amar sin miedo.
Tu relación de pareja puede romperse cuando está deteriorada y eso no necesariamente daña a tu hijo.
Lo que lo rompe, es vivir en una casa donde el amor ya se fue y el odio y el miedo se quedó.
REFLEXIONALO...
Psicólogo Abraham Rios