24/06/2022
Cannabis e Insomnio: CBD para Dormir Mejor
Introducción
En los últimos años, el cannabidiol o CBD, proveniente de la planta de cannabis, se ha convertido en una alternativa natural para el alivio de todo tipo de padecimientos como el dolor crónico, la ansiedad, el estrés postraumático, el cáncer e incluso los trastornos del sueño.
Los problemas del sueño son uno de los padecimientos más frecuentes a nivel mundial. Desafortunadamente, las alternativas farmacológicas disponibles para su tratamiento se encuentran frecuentemente asociadas a efectos secundarios, por lo que opciones naturales, seguras y con un creciente cuerpo de evidencia científica que las respalde, como el CBD, han cobrado importancia en el área de la salud.
Problemas de sueño
Según la Clínica de Trastornos del Sueño de la UNAM, los trastornos o problemas del sueño afectan al 45% de la población adulta en México. A nivel mundial, se estima que el 50% de la población adulta sufrirá en algún momento de su vida de insomnio, el trastorno del sueño más frecuente.
Los trastornos del sueño son afecciones que alteran los patrones o hábitos en la forma de dormir. Estos representan un problema de salud, ya que perjudican la calidad de vida de las personas y pueden llevar a consecuencias importantes como somnolencia, hipersomnia (somnolencia excesiva en situaciones inapropiadas) e incluso narcolepsia (hipersomnia, pérdida del tono muscular, alucinaciones y parálisis del sueño).
El insomnio se define como la dificultad para conciliar el sueño o para mantenerse dormido, siendo con frecuencia no una enfermedad en sí misma, sino la consecuencia de otros padecimientos como dolor crónico, ansiedad, estrés, trastornos psiquiátricos, efectos secundarios de medicamentos o malos hábitos de sueño.
Ante la falta de sueño, nuestro cuerpo no es capaz de llevar a cabo procesos fisiológicos que únicamente pueden realizarse al dormir, como la síntesis de proteínas, reparación de tejidos y consolidación de procesos cognitivos. Esto hará que nuestro desempeño físico y mental sea deficiente, potencialmente trayendo consecuencias a largo plazo como:
Ansiedad y depresión
Somnolencia diurna y microsueños
Enlentecimiento y respuestas motoras inadecuadas
Déficit de atención
Disminución en velocidad de procesamiento, memoria de trabajo y razonamiento perceptual
Riesgo aumentado de trombosis cerebral, infarto al miocardio, aumento de la presión arterial y pulmonar.
¿Qué es el CBD?
El cannabidiol o CBD es uno de los principales fitocannabinoides (cannabinoides de origen vegetal) encontrados en la planta de cannabis sativa.
Los fitocannabinoides (THC, CBD, CBN, CBG, entre otros) son compuestos químicos biológicamente activos capaces de modular diversos procesos en nuestro organismo.
El CBD se diferencia del tetrahidrocannabinol (THC), el otro cannabinoide más abundante en las plantas de cannabis, en su estructura molecular, la que determina la forma en la que interactúan estos cannabinoides con los sistemas orgánicos de nuestro cuerpo y los potenciales efectos terapéuticos de cada uno.
A diferencia del THC, el consumo de CBD no se asocia con un efecto psicoactivo de alteración del estado de la conciencia y es considerado un compuesto de baja toxicidad con pocos efectos adversos vinculados con su uso.
¿Cómo actúa el CBD?
El CBD interactúa con nuestro cuerpo a través de su acción sobre el sistema endocannabinoide (SEC).
El sistema endocannabinoide consta de una serie de receptores que son activados o inhibidos por cannabinoides endógenos (producidos por nuestro organismo). A través de este mecanismo, el SEC facilita la comunicación intercelular en diversos tejidos, regulando procesos asociados al funcionamiento del sistema nervioso, endocrino, inmune, digestivo, reproductivo y osteomuscular.
Al ser administrado por vía sublingual, oral o inhalada, el CBD alcanza nuestro torrente sanguíneo, donde se distribuye por los órganos del cuerpo y modula indirectamente la actividad de los principales receptores cannabinoides del SEC, el receptor cannabinoide tipo 1 y el tipo 2 (CB1 y CB2).
De igual manera, el cannabidiol ejerce una actividad directa sobre otros receptores secundarios del sistema endocannabinoide responsables de regular la percepción del dolor (TRPV-1), la actividad antitumoral del sistema inmune (GPR55) y procesos a nivel del sistema nervioso central (5HT1-A).
¿El CBD ayuda a dormir?
A pesar de que actualmente nos encontramos ante un aumento significativo de la investigación científica con respecto a las propiedades terapéuticas del cannabis medicinal para el manejo de diferentes padecimientos, las publicaciones sobre cannabis y sueño todavía son muy limitadas y más cuando se trata específicamente de CBD.
Aun así, existen algunos estudios que exponen evidencia de su utilidad para el alivio de trastornos del sueño y proponen mecanismos de acción.
Evidencia científica
Una revisión sistemática publicada en el año 2017 expone diversos estudios que sostienen el potencial terapéutico del CBD para el tratamiento del insomnio.
Esta revisión señala la posibilidad de uso de CBD como una alternativa para el manejo de trastornos de la fase REM del sueño (rapid eye movement = movimientos oculares rápidos) y la disminución de la somnolencia diurna.
Así mismo, esta revisión sugiere que el CBD no es el único cannabinoide con efectos beneficiosos para el alivio de los trastornos del sueño, dado que expone evidencia que sostiene una relación entre el uso medicinal de compuestos con THC y una menor interrupción del sueño.
En un estudio más reciente llevado a cabo en el año 2019, los investigadores reportaron que en una corte de 72 personas que referían sufrir de ansiedad y tener insomnio, se encontró una mejora para cada padecimiento del 79,2% y 66,7%, respectivamente, en aquellos pacientes que complementaron su manejo médico convencional con cannabidiol.
Mecanismo de acción
Aunque el mecanismo exacto por el cual el CBD mejora los patrones y la calidad del sueño de los pacientes no ha sido completamente dilucidado, se propone que se debe a:
Su acción directa sobre receptores del sistema endocannabinoide favorece procesos de regulación del organismo, incluido el ciclo de sueño-vigilia.
Su efecto ansiolítico permite una disminución del estrés y la ansiedad. Esta mejora en el estado de ánimo favorece el sueño en pacientes que sufren de estas condiciones.
Sus propiedades analgésicas facilitan el sueño en personas que cursan con dolor crónico, cuyo padecimiento les dificulta tener las horas de sueño esperadas y un buen descanso.
Su capacidad de disminuir la somnolencia y promover un estado de alerta durante el día favorece el mantenimiento de una buena higiene del sueño, mejorando el ciclo sueño-vigilia.
¿Cómo utilizar CBD para dormir?
Existen diferentes formas de aprovechar las propiedades terapéuticas del CBD para la mejora de los trastornos del sueño. Las más destacadas son:
Aceite de CBD
Los aceites permiten administrar gotas de CBD por vía sublingual con una concentración específica de este cannabinoide, gracias a esto se consigue un efecto rápido y una fácil dosificación.
Además de esto, la variedad de espectros del aceite de CBD permite elegir entre presentaciones con cannabidiol de forma aislada o preparados con un mayor número de compuestos activos del cannabis, haciendo posible aprovechar la totalidad de las propiedades terapéuticas de la planta.
Cápsulas de CBD
Las cápsulas son productos de CBD que se administran por la vía oral y su contenido es absorbido a nivel de la mucosa intestinal. Al igual que el aceite de CBD, estas cuentan con concentraciones específicas que facilitan su dosificación, así como la capacidad de ejercer un efecto duradero. Sin embargo, tienen la desventaja de que el tiempo entre su ingesta y el inicio de su acción es prolongado.
Comestibles de CBD
Los comestibles de CBD, al igual que las cápsulas, se administran por vía oral y se absorben en el intestino. Estos producen un efecto duradero pero de un inicio retardado.
Vaporización de CBD
La vaporización de CBD, bien sea de flores de plantas de cannabis sativa ricas en este cannabinoide o de extracciones, permite una administración por vía inhalatoria y un efecto casi inmediato. No obstante, se dificulta el cálculo de la dosis de CBD por la variabilidad en las concentraciones de las sustancias vaporizadas y su uso es contraindicado en pacientes con padecimientos del sistema respiratorio.
Es importante destacar que sin importar el método elegido para la utilización de CBD para dormir, este debe ser acompañado de otras estrategias que sirvan de ayuda para regular los ritmos circadianos (ciclo sueño-vigilia) y otros los problemas que afecten la calidad sueño.
Una adecuada higiene del sueño suele ser la primera línea de manejo recomendada por los profesionales de la salud para mejorar trastornos como el insomnio.
Medidas aplicables en nuestra vida diaria como evitar pasar tiempo en la cama en actividades distintas a dormir, disminuir la exposición a luz artificial antes de acostarse, no tomar siestas prolongadas durante el día, controlar la temperatura de la habitación y reducir el consumo de bebidas estimulantes como café y té, pueden contribuir a una mejora de los patrones y la calidad del sueño.
¿Es seguro utilizarlo?
En su informe sobre el cannabidiol, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que el CBD cuenta con una toxicidad relativamente baja y expuso que actualmente no existen casos reportados de adicción, dependencia o evidencia de efectos secundarios a la salud asociados directamente a su consumo.
Aun así, pese a ser una sustancia generalmente bien tolerada, existen algunos reportes de efectos adversos asociados con el uso de CBD como: sequedad en la boca, disminución del apetito, somnolencia.
La biodisponibilidad del CBD es un factor que debe ser tomado en cuenta si se planea iniciar su consumo de forma conjunta con otros medicamentos, ya que existe la posibilidad de que se presenten interacciones farmacológicas que potencien o disminuyan el efecto de otros medicamentos en nuestro organismo. Tal es el caso del uso de CBD junto a anticoagulantes como la warfarina, en cuyo caso se genera una potenciación del efecto del medicamento, aumentando el riesgo de hemorragias.
Si bien en la actualidad no existe una contraindicación absoluta para el uso de cannabidiol, este debe ser monitoreado por profesionales de la salud en aquellos pacientes que consumen otros medicamentos.
CBD vs. medicamentos convencionales
Los trastornos del sueño deben ser manejados inicialmente con medidas no farmacológicas, como la mejora de la higiene del sueño o la psicoterapia, que permitan aliviar el origen del problema.
Si no se encuentra un alivio con estas estrategias se suele optar por medicamentos calmantes que por sus propiedades actúan como sedantes e hipnóticos, como son las benzodiazepinas (ansiolíticos), los barbitúricos, los neurolépticos, los antidepresivos y los anticonvulsivantes.
Todos estos deben procurar ser utilizados en ciclos cortos que limiten el desarrollo de tolerancia y la aparición de efectos secundarios en el sistema nervioso central asociados con su uso a largo plazo, como pueden ser somnolencia, confusión, mareos, adicción y dependencia.
La melatonina, una hormona producida de forma natural por nuestro organismo que interviene en la regulación de los patrones de sueño, ha destacado como un tratamiento farmacológico que permite mejorar los trastornos de sueño, siendo considerablemente más seguro que otros medicamentos utilizados habitualmente.
Teniendo esto en cuenta, el CBD figura como un principio activo con un perfil de seguridad más amplio que los fármacos utilizados en las terapias convencionales, que además se diferencia en no estar asociado a fenómenos de adicción o dependencia.
Conclusiones
Los trastornos del sueño son un grupo de padecimientos que afectan la calidad de vida de un gran porcentaje de la población mundial. Si bien la primera línea de manejo para su alivio está basada en terapias no farmacológicas, algunos casos requieren del uso de medicamentos para conseguir una mejora de los patrones y la calidad del sueño.
El cannabidiol o CBD ha surgido como una alternativa efectiva y segura para tratar este tipo de padecimientos, ayudando a que sus usuarios, bien sea que utilicen el cannabinoide de forma aislada o conjunta con tratamientos convencionales, logren conciliar con mayor facilidad un sueño reparador.
Sin embargo, los expertos aún consideran que se requiere de más evidencia científica que permitan conocer la forma más eficiente de aprovechar las propiedades terapéuticas de este componente de la planta de cannabis sativa y minimizar sus potenciales interacciones con otros fármacos.
Bibliografía
Fundación UNAM (2017). «45% de la población en México tiene mala calidad de sueño: UNAM» de Fundación UNAM.
Salgado, Ignacio. Schiemann, Jimmy (1996). «Trastornos del sueño» de Asociación Colombiana de Neurología.
Babson, K. A., Sottile J., Morabito D. «Cannabis, Cannabinoids, and Sleep: a Review of the Literature» Curr Psychiatry Rep. 2017 Apr;19(4):23. doi: 10.1007/s11920-017-0775-9. PMID: 28349316.
Murillo-Rodríguez, E., Sarro-Ramírez, A., Sánchez, D., Mijangos-Moreno, S., Tejeda-Padrón, A., Poot-Aké, A., Guzmán, K., Pacheco-Pantoja, E., & Arias-Carrión, O. (2014). «Potential effects of cannabidiol as a wake-promoting agent». Current neuropharmacology, 12(3), 269–272. https://doi.org/10.2174/1570159X11666131204235805
Shannon, S., Lewis, N, Lee, H., Hughes, S. «Cannabidiol in Anxiety and Sleep: A Large Case Series». Perm J. 2019;23:18-041. doi: 10.7812/TPP/18-041. PMID: 30624194; PMCID: PMC6326553.
Granados, Angel (2018). «Los 10 mandamientos de la higiene del sueño para adultos (por la World Sleep Society)» de Elsevier Connect.
World Health Organization (2017). CBD Report «Expert Committee on Drug Dependence Thirty-ninth Meeting».