03/08/2025
"El tiempo, siempre ahora"
(Fragmentos)
Habitualmente se piensa que el tiempo pasa, que es oro, que no podemos desperdiciarlo, como si se tratara de una realidad fija, inalterable. Incluso creemos que los relojes marcan el tiempo y no comprendemos que se trata tan solo de mecanismo que tiene una frecuencia oscilatoria constante y que lo que vemos en un reloj no es el paso del tiempo, sino los pulsos continuos del mecanismo. La noción de un tiempo continuo es una convención en la realidad fenoménica para comprender el proceso de cambio y es necesaria para actuar en la vida cotidiana. Para esto, en nuestra mente conectamos una serie de procesos independientes pensando que se suceden en un tiempo preexistente y en el cual hemos nacido. Pero desde la perspectiva de la realidad absoluta esta noción del tiempo es tan solo una ilusión.
(...)
.. para Dogen solo existe el tiempo presente. No obstante, Uji [Ser-Tiempo] es un tiempo todo-inclusivo donde: “Todos los seres vivos, todos los fenómenos que ocurren son tiempo. Cada instante, cada momento del tiempo encarna todas las existencias, todos los mundos, todos los tiempos. Todas las hierbas y todo lo que ocurre es tiempo. Todas las existencias, todos los fenómenos están contenidos en la omnipresente manifestación del tiempo”. En Uji, Dogen nos invita a contemplar profundamente si existe algo fuera del presente. Con su escrito, el maestro Dogen no pretende involucrarnos en una especulación intelectual sobre el tiempo. Para él, lo importante es ayudarnos a comprender que el tiempo es una condición intrínseca a la existencia y que se manifiesta como un factor emergente, asociado al proceso del cambio continuo, la impermanencia.
La noción habitual de un tiempo como “una flecha” que va del pasado al presente y de ahí al futuro, puede en sí misma ser una obstrucción para despertar. Comprender el tiempo es acceder a la realización de la realidad última en la que todo está incluido y en la que nada, ni siquiera el yo, tiene una existencia sustancial permanente. Es a esta realidad, de la cual nunca hemos estado separados, que despertamos en nuestra práctica de zazen.
Si desconocemos esta visión de Dogen de que todo el tiempo es ahora, de que no hay un pasado ni un futuro separados de esta realidad presente, seguiremos viendo el despertar como una consecuencia lineal de la práctica, con la expectativa de una recompensa a nuestro esfuerzo de hacer zazen. Seguiremos decepcionándonos por no obtener resultados, sin comprender que el simple hecho de estar sentados sin buscar nada, soltando el aferramiento al cuerpo y a los procesos mentales, es la expresión misma de la naturaleza omnipresente de Buda.
- Densho Quintero -