17/06/2025
MUJERIEGOS, EL ORIGEN EMOCIONAL…
Un hombre rodeado de muchas mujeres es un niño pequeño que tiene muchas madres. Cuanto más le perdonan las madres sus travesuras, más niño pequeño sigue siendo.
Lo peor que puedes hacer con un hombre es hacer de mami, te va a joder siempre. Y tú abnegada y cabreada pero lo vas a perdonar y justificar siempre, porque eso es lo que hacen las madres.
Eres la mamá cuidadora que se dejará hacer daño, porque en el fondo tu ego es también tan inflado que prefieres ser la eterna víctima, la mártir, la de las medallas, la “buena”, para así demostrar que él es el malo. Es una forma retorcida de demostrar que eres mejor que él.
Si te preguntas por qué no te deja libre si tiene tantas amantes, la respuesta es porque tú eres la única mami que le podría soportar su actitud, o porque al menos así lo cree él y tú se lo ratificas todo el rato, cada vez que después de enfadarte lo vuelves a perdonar.
Perdonar engrandece y enaltece y deja a la otra persona por debajo de ti. Esto es lo que sucede a nivel inconsciente entre ustedes. Es su pulso. Probablemente estas reproduciendo historias afectivas de padres, de tus abuelos, de tus bisabuelos.
Él en ti ve a mamá. Tú en él a tu papá siendo niño y tú haciéndola de madre. Por eso aunque parezca de entrada que eres su hijita, no... haces de mami.
Él pierde la cabeza con mujeres que sólo hacen de mujeres con él. Eso despierta su instinto masculino más arraigado y dormido y le motiva muchísimo, porque esa virilidad lo empuja a hacerse hombre, a soltar a mamá y a parejas que hacen de mamá, su inmadurez, a hacerse hombre reconciliandose con papá dejándose de ver a sí mismo más grande y mejor que su padre.
Pero está cómodo en su inmadurez. Su madre y sus sucedáneas de madre lo han invalidado tanto que no se cree suficiente para esa mujer y vuelve a casa con mamá.
Está separado emocionalmente de papá, el cual es el único que puede transmitirle capacidades como la dirección en su vida, la toma de decisiones, la acción, la capacidad resolutiva, el atreverse.
Suelen tener un ego descomunal, un concepto de sí mismos de sobrevaloración absoluta. Son los eternos príncipes narcisistas que sólo se miran su ombligo.
Se creen mejor que papá, en parte porque mamá se lo ha hecho creer así.
En realidad debajo de tanta sobrevaloración hay una carencia gigantesca, tienen miedo de hacerse hombres. Son los esposos simbólicos de mamá. Probablemente han tenido una mamá que tenía algún conflicto con su marido, y se ha volcado en el hijo convirtiéndolo en su marido simbólico. He ahí el enganche del niño, que cuando se haga mayor extenderá este conflicto con las mujeres.
Ese hombre no te ama, te necesita. Necesita tener un lugar a donde regresar, que le huela a hogar. Hace sus travesuras y luego regresa con mami, sabe que será perdonado y que sólo es cuestión de que aguante un poco el regaño y luego todo volverá a la normalidad. Tú volverás a confiar en él y te la volverá a hacer.
Pregúntate a ti misma para qué aguantas, si sabes perfectamente la verdad. De hecho tapas las aventuras de tu marido y no quieres que nadie lo sepa porque cuanto más gente lo sabe menos excusas te quedan para justificar que aún quieres seguir con él, porque ni tú misma lo entiendes.
Te invito a observar qué necesidades infantiles satisfaces aguantando está situación. Quizá tú también creas ser mejor que mamá, queriendo salvar a tu padre.
Ese hombre no te ama a ti, ama a otra o ha amado a varias mientras ha estado contigo. Pero cuando la cosa se pone seria y hay que dar un paso se asusta porque en el fondo es un niño inmaduro y rompe con esa mujer. Vive su drama hasta que se enamora de otra, se obsesiona, y cuando la cosa se vuelve a poner seria, huye de nuevo.
La otra no le aguanta sus travesuras, porque la otra quiere un hombre. Y tú sí se las aguantas, porque tú quieres un hijo para salvarlo y darle el amor que no tuvo tu papá de niño, por eso regresa a ti.
Este hombre tendrá tendencia a relaciones por internet para masturbarse y disfrutar con su fantasía, porque no es hombre para ponerla en práctica, es cobarde e inseguro como un niño chico.
Y si logra vencer la barrera física y quedar con su amada, cada vez que termine de tener s**o se irá corriendo con alguna excusa de que tiene prisa, porque no sabe gestionar lo que sucede después de la relación sexual, tiene miedo a enamorarse y a que eso le ponga en la circunstancia de tener que tomar una decisión que no se atreve a tomar porque le da pavor salir de su zona de confort.
Valorate, date cuenta de que tu comportamiento y actitud de la eterna mami fomenta esta situación. Cambia tu patrón de comportamiento desde la raíz. Mientras estés dentro del rol de mamá no puedes romper, porque inconscientemente para ti es como abandonar a un hijo (a papá de niño), y tú quieres ser la salvadora y víctima.
En el momento en el que te metas en tu rol de mujer, podrás romper con ese hombre, lamerte tus heridas, aprender del pasado, soltarlo y abrir tu corazón a otro tipo de hombre más maduro siendo tú también más madura.
Porque al final, la mujer madura no se fija en el físico, sino en que exista química, atracción, madurez y otras cosas importantes para compartir la vida con alguien. Un hombre que haga de hombre y que así sólo tengas que hacer de mujer, nada más. Esto es algo absolutamente gratificante, cuánta paz.
Por eso a veces quien pierde está ganando, y quien gana está perdiendo.
Si eres mujer y alguna vez te ha sucedido algo así, haz de madre sólo con tus hijos, porque como lo hagas con tu marido, la pareja se extingue y queda una relación tóxica de madre-hijo codependientes, porque por su costumbre ahora no sabras deshacerte de ella, por eso están encadenados.
Deja de echarle la culpa a él, a sus amantes, o a la mala suerte y asume que tu comportamiento fomenta también está situación. Ve a terapia, pon remedio.
Ahora mismo si te has sentido identificada leyendo esto, te estás dando cuenta de todo lo que te ocurre. Lo siento, te estoy ayudando a abrir los ojos.
La mayoría de nosotras las mujeres alguna vez hemos tropezado con una piedra así. No nos critiquemos, comprendámonos. No se puede escupir al cielo nunca, porque la vida tiene maneras muy fuertes de ponernos en el otro bando para que comprendamos qué se siente.
Este artículo te está zarandeando para que despiertes.
Mereces que te amen y te respeten no solo de escaparate delante de la gente, sino de verdad.
- Rosina NL -