22/01/2022
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La METANFETAMINA generalmente son pedazos de cristal transparentes parecidos al hielo, que se pueden fumar o inyectar. En las calles se conoce como “cristal", “chichifly” o "crico" en español, o ice, glass o m**h, en inglés.
Se fabrica en laboratorios insalubres clandestinos a base de sales de baño, fertilizantes, ácidos y sustancias abrasivas para limpieza.
Su fácil y barata elaboración, así como su alto poder adictivo la han convertido rápidamente en la droga ilegal mas consumida en el mundo solo después de la ma*****na.
Los consumidores de “cristal” conocen, los efectos negativos de la metanfetamina, estos son evidentes y dramáticos, pero debido a la rápida adicción que desarrollan se sienten obligados a volver a consumirla, una y otra vez, y les resulta extremadamente difícil dejar de consumirla.
Su potencial adictivo se debe a la rápida sensación de euforia que puede durar de 6 hasta 24 horas pero que progresivamente disminuye con la consecuente necesidad de volver a consumir en mayores cantidades y con mayor frecuencia, lo que significa que provocan tolerancia y dependencia, dos características fundamentales de la ADICCIÓN.
Durante la etapa de intoxicación, los consumidores permanecen despiertos durante días, incluso sin ingerir alimentos, lo que provoca un agotamiento físico, psicológico y cognitivo que es evidente en la pérdida de peso, deshidratación, paranoia, agresividad, delirios y alucinaciones. Esto se debe a que las señales somáticas que advierten al cerebro del deterioro funcional progresivo se inhiben e impiden la sensación de fatiga, sueño y hambre.
Con el consumo crónico ocurren más complicaciones:
-Físicas; como deterioro dental y de la piel, problemas cardiovasculares y hepáticos, y, -Mentales: como irritabilidad y presencia de ideas delirantes paranoides y persecutorias, alucinaciones visuales, auditivas e incluso olfativas.
Quienes la prueban caen entonces una espiral de dependencia en la que consumen cada vez más cristal (TOLERANCIA) para superar la “malilla” o síndrome de abstinencia” que provoca el anterior consumo, cuyos síntomas como ansiedad, dolor de cabeza, irritabilidad, cansancio, sueño, sed y hambre provocan una sensación de malestar general y que cesan temporalmente con un nuevo consumo (DEPENDENCIA).
Las consecuencias de destrucción, aunque evidentes, pasan desapercibidas para el consumidor y muy a menudo también para la familia o personas cercanas, quienes generalmente solo se preocupan y en menos ocasiones buscan ayuda, cuando el consumidor de cristal presenta síntomas psicóticos (delirios y alucinaciones) que son señales de un probable daño neurológico que en muchas ocasiones resulta irreversible, como esquizofrenia y demencia, e incluso la muerte.
Muy a menudo el consumidor esta imposibilitado para pedir y buscar ayuda pues no identifica un problema además de que no es dueño de su voluntad. Es entonces cuando la familia tiene que buscar ayuda y tomar la decisión. Debe mostrar el amor que su familiar adicto necesita y no solo las muestras amor que él quiere.
¡NO ESTAS SOLO!