18/05/2025
Raúl, no estás solo, el gremio veterinario de México está contigo.
Desafortunadamente lo que le sucede a Raúl es muy común, pero es tan silencioso que llega a pasar desapercibido. El burnout y la depresión en médicos veterinarios se han intensificado en los últimos años, no solo por las exigencias emocionales y laborales propias de la profesión, sino también por el acoso digital y linchamiento en redes sociales. Muchos veterinarios enfrentan ataques públicos por parte de propietarios irresponsables que, ante un mal resultado clínico o por no aceptar costos o indicaciones médicas, recurren a difamar al profesional en internet. Estas publicaciones, a menudo sin fundamentos clínicos, se viralizan rápidamente y pueden dañar gravemente la reputación, la salud mental y la estabilidad económica del veterinario.
El impacto emocional de estas situaciones puede ser devastador: sentimientos de impotencia, ansiedad intensa, pérdida de motivación, insomnio, aislamiento social y, en casos graves, depresión profunda o ideación suicida. La difamación en redes no solo vulnera la dignidad profesional, sino que deja al veterinario sin herramientas claras de defensa inmediata. En este contexto, se vuelve urgente fortalecer redes de apoyo profesional, implementar estrategias legales y de comunicación, y fomentar espacios donde los veterinarios puedan hablar de estos episodios sin miedo ni vergüenza.