
06/10/2022
Todos detestamos el dolor. Pensamos que el mundo seria y sitio mucho mejor si no hubiese cosa tal como el dolor. No es así. No siempre el dolor es un mal que debe castigarse ignorándolo o expulsándolo con medicamentos. Las mayoría de las veces sufrimos un dolor por que necesitamos sufrirlo.
En primer término, el dolor es un mecanismo protector vital. Quienes no tienen en la piel receptores de dolor -y esas personas existen- no pueden protegerse contra el peligro. Se infligen graves quemaduras, se lesionan seriamente la cabeza y los miembros, porque no reciben a tiempo la advertencia de un dolor.
Algunos dolores son causados por enfermedades o lesiones; este dolor es orgánico y exige la atención del medico que ha de curarlo con remedios o mediante una cirugía. Pero existe además el dolor funcional, que a los médicos les resulta un problema mas difícil. En verdad, la responsabilidad de aplacarlo es del que lo siente.
Una de las causas mas obvias de dolor funcional es el excesivo trabajo de los músculos. Son contraídos demasiado tiempo, o estirados en exceso. En su mayoría, los dolores en la parte inferior de la espalda, o de cabeza, o de cuello rígido, no son orgánicos sino funcionales.
Consideremos un ejemplo sencillo de la forma en que actúa un dolor funcional. Lleve usted su maxilar inferior todo lo que pueda por delante del superior. Mantenga esa posición hasta sentir el dolor del excesivo trabajo muscular.
-Balaska, A., & Paidos. (2001). La Vida del Cuerpo.-
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