17/11/2025
¿Por qué es importante hablar de colonialismo cuando trabajamos las violencias?
Porque las violencias que acompañamos no nacen en el vacío. Se construyen en sistemas que han organizado la vida, las corporalidades y los vínculos desde la desigualdad y la explotación. Uno de esos sistemas —quizá el más profundo y persistente— es el colonialismo.
El colonialismo no es solo un hecho histórico: es una estructura que moldea todo lo que conocemos, estructura quiénes pueden vivir en dignidad, quiénes son escuchades, qué corporalidades importan y cuáles son descartadas. Atraviesa nuestras familias, nuestras escuelas, nuestras comunidades y también las narrativas desde las que entendemos el dolor y la resistencia.
Cuando hablamos de violencias y colonialismo, es imprescindible porque:
✨ Nos recuerda que el daño no es individual, sino que se sostiene en jerarquías de raza, género, clase, territorio y “normalidad” -y todas las demás -.
✨ Nos permite cuestionar las herramientas que usamos para acompañar, porque muchas nacen de miradas eurocentricas y del norte global que no consideran los saberes, experiencias y resistencias del sur global.
✨ Nos ayuda a entender que a quienes acompañamos no fallan, sino que reaccionan a sistemas históricos de explotación y despojo que siguen vigentes.
✨ Nos invita a recuperar memoria y comunidad, a retomar prácticas de cuidado, espiritualidad, organización y resistencia que fueron perseguidas o borradas por el proyecto colonial.
Hablar de colonialismo no es traer “ideología” a la conversación. Es reconocer que las violencias que vivimos, nombramos y acompañamos tienen raíces profundas. Y que si queremos transformar algo, necesitamos mirar también esas raíces.
Desde Maka, seguimos sosteniendo una práctica feminista y antiadultista que reconoce que nuestros cuerpos, territorios y afectos merecen existir libres de todas las violencias… incluso las que heredamos del colonialismo.
Aurora Ávila / karla barrios rodríguez.