Psicóloga Itzel Pacheco

11/04/2024

11/04/2024

Lacan propone tres tiempos lógicos: el instante de ver, el tiempo de comprender (la espera) y el tiempo de concluir.

El primer tiempo es el instante de la primer mirada, el choque con la primera percepción, lo instantáneo. El momento de comprender, es el que permite meditar sobre lo percibido y hacer una pausa, una espera para que algo suceda. Y en el tercer tiempo, se concluye el tiempo de comprender y se pasa a la “urgencia” por resolver, por elegir, por actuar.

La terapia permite que entre el instante de ver y el momento de concluir haya un espacio, una pausa, que abra un intervalo para que pueda suceder algo distinto a la mera repetición a la que nos lleva la urgencia por responder a lo que nos pasa.

Sin embargo, hay personas a la que les pasa lo contrario, que se instalan en el momento de comprender, dando vueltas una y otra vez sobre lo mismo, sin poder concluir, sin poder tomar una elección.

Pensar demasiado sin poder concluir es una estrategia que permite no enfrentarse a la perdida que conlleva toda elección, y así poder proteger todas las posibilidades hasta el fin o hasta que la vida decida por nosotros.

Contardo Calligaris pone el ejemplo de cuando uno va a comer a un restaurant y tiene el menú para elegir diferentes cosas, “para no privarse de todo eso, una solución consiste en prolongar indefinidamente el tiempo de consulta del menú, sin elegir. Así, las ganas de preservar los futuros posibles transforma el presenta en una meditación infinita sobre cual sería la acción correcta”.

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07/03/2024

El duelo es un proceso que nos permite elaborar, simbolizar y transformar aquello que se ha roto en nuestra vida, aquello que ya no está presente como antes.

Es un trabajo singular y necesario que permite cambiar el vínculo qué teníamos con aquello que se perdió para transformarlo, a la vez que nos transformamos a nosotros mismos, integrándolo como parte de nuestra historia.

Aquello que se perdió, no deja de existir, se transforma y convive en nosotros, es parte de nuestro aprendizaje y de nuestro caracter, y podemos volver a encontrarlo y verlo reflejado en ciertas canciones, miradas, palabras, gestos, nuevas relaciones.

El duelo permite que aquello que fue perdido sea transformado en falta que nos permite seguir deseando.

Para acceder al amor adulto, fue necesario hacer el duelo por tener que renunciar al amor infantil de nuestros padres, a ese momento donde nuestra fragilidad nos generaba una dependencia absoluta en relación a ellos.
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09/02/2024

Navega 🛥️ 🌊

Creación 🎨✍️Un día a la vez

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09/02/2024

Siempre buscando que ese espacio terapéutico sea un lugar de amor propio.