
15/08/2025
No conviertas a tu hijo/a en tu pareja emocional
En momentos de crisis emocional, separaciones o conflictos de pareja, algunas madres o padres, muchas veces sin darse cuenta, comienzan a depender emocionalmente de sus hijos para recibir apoyo, comprensión o incluso para cubrir necesidades afectivas que deberían ser satisfechas en una relación adulta.
Esta dinámica se conoce como parentalización emocional y puede generar consecuencias graves en el desarrollo psicológico de los niños.
¿Qué significa convertir a un hijo en pareja emocional?
Significa que un padre o madre coloca al niño o niña en un lugar que no le corresponde: el de un adulto, pareja o confidente. El hijo se convierte en el sostén emocional del adulto, asumiendo roles para los que no está preparado, como:
• Escuchar problemas de pareja o familiares intensos.
• Cuidar emocionalmente al adulto cuando éste llora, se desborda o se siente solo.
• Ser tratado como “el hombre de la casa” o “mi mujercita”, frases que pueden sonar inofensivas, pero que implican una carga emocional inapropiada.
• Ser fuente de consuelo, aprobación o compañía constante, en ausencia de una figura adulta que cumpla esa función.
¿Por qué es problemático?
Porque interfiere con la infancia. Un niño necesita jugar, explorar, equivocarse y crecer en un entorno seguro, donde el adulto sea el que sostiene emocionalmente, no al revés.
Este tipo de dinámicas puede generar en el niño/a:
• Ansiedad, culpa y estrés crónico.
• Problemas para identificar y satisfacer sus propias necesidades.
• Dificultades en relaciones futuras (puede repetir el rol de salvador, complaciente o codependiente).
• Problemas de autoestima y confusión de roles.
¿Cómo evitarlo?
• Busca apoyo emocional en personas adultas: familiares, amistades, terapeutas.
• Permite que tu hijo sea niño. Protégelo de tus conflictos personales y evita compartirle problemas que no le corresponden.
• Establece límites sanos: aunque te sientas solo/a, tu hijo no debe ocupar el lugar de tu pareja.
• Observa si usas frases como “tú eres el único que me entiende” o “si no fuera por ti, no sé qué haría”, y cámbialas por expresiones más adecuadas a su edad.
Una reflexión final
Tu hijo necesita una madre o un padre, no un lugar que implique protegerte o salvarte. Honra su infancia, cuida sus emociones y busca ayuda si sientes que estás en un momento vulnerable. Ser un adulto presente y sano es el mejor regalo que puedes darle.
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