15/07/2025
El arte de acompañar desde un amor consciente
Soy psicóloga, y he elegido este camino no solo como profesión, sino como una forma profunda de estar en el mundo.
Acompaño a niños, adolescentes, adultos y familias con la certeza de que cada encuentro es un espacio sagrado, donde lo invisible también importa, donde las palabras sanan, y los silencios sostienen.
Mi amor por la psicología no es ingenuo ni impulsivo. Es un amor que aprendió a hablar en lenguaje profesional.
Es un amor que se estructura, que se forma, que se autorregula. Que cuida el encuadre, que honra la ética, que limita con firmeza cuando es necesario, y que se permite la ternura sin perder la claridad.
Es un amor que no invade, que no salva, que no busca protagonismo. Un amor que acompaña desde la escucha, la validación, el respeto y la presencia. Que sabe que sanar no siempre es curar, que avanzar a veces es simplemente sostener.
Mi ejercicio terapéutico es un acto de amor silencioso y comprometido. Amo lo que hago, porque creo profundamente en el poder del vínculo, del proceso, de la mirada que dignifica.
Elijo este camino, con sus retos y sus regalos, sabiendo que también yo soy una construcción en movimiento. Una psicóloga en continuo aprendizaje, en constante transformación.
Y desde ahí, con humildad, con gratitud, con coraje… sigo tejiendo, sesión a sesión, el sentido de esta vocación que no solo elegí, sino que también me eligió.
Este es mi compromiso. Esta es mi voz. Esta es mi manera de amar con nombre profesional.
Brenda Menchaca,
Una psicóloga en construcción 🩷