25/02/2025
La realidad está hecha de transferencia
La experiencia humana no es un reflejo fiel del mundo exterior, sino una construcción subjetiva determinada por el inconsciente. No vemos la realidad tal como es, sino tal como la transferimos. Todo encuentro, toda relación, todo acontecimiento es leído a través del prisma de la transferencia: esa repetición inconsciente de modelos, afectos y significaciones que marcan nuestra forma de vivir.
La transferencia: un motor de la realidad psíquica
Freud descubrió que, en el análisis, el paciente repite, sin saberlo, las relaciones infantiles con las figuras significativas de su historia. No recuerda, sino que actúa, transfiriendo sobre el analista el amor, el odio, la expectativa y la decepción que alguna vez sintió en su infancia. Pero esta no es una particularidad del dispositivo analítico: es la estructura misma de la realidad psíquica.
Lacan llevó esta idea más lejos: el sujeto no tiene un acceso inmediato a la realidad, sino que siempre está mediado por el lenguaje, por el deseo y por el otro. La realidad, como tal, no existe fuera de la transferencia, porque lo que percibimos no es el mundo, sino el modo en que nuestro inconsciente lo ha organizado.
La transferencia fuera del análisis
Cada vez que nos relacionamos con alguien, la transferencia está en juego. ¿Por qué algunas personas nos despiertan ternura inmediata y otras nos resultan insoportables sin razón aparente? ¿Por qué repetimos los mismos patrones en el amor o en el trabajo? Porque la realidad está determinada por el deseo inconsciente y su puesta en escena transferencial.
Desde la atracción fulminante hasta el rechazo irracional, desde la idealización hasta el desencanto, todo lo que sentimos por los otros responde a una lógica que nos precede y nos excede. No amamos ni odiamos a personas en sí mismas, sino a las figuras que transferimos en ellas.
Lo mismo sucede con nuestras ideas, con nuestras certezas. ¿Por qué algunas verdades nos resultan inamovibles mientras otras nos parecen absurdas? ¿Por qué confiamos ciegamente en ciertas fuentes y en otras no? Porque la verdad es, también, un fenómeno de transferencia.
El psicoanálisis como interpretación en transferencia
Si la realidad está hecha de transferencia, cambiar la realidad implica modificar la transferencia. El psicoanálisis no busca deshacerse de la transferencia, sino utilizarla como parte de la técnica, para poder interpretar el deseo y permitir que se ponga a trabajar en función del deseo y no en contra de él.
Muchos creen que analizarse es “mirar hacia el pasado”, pero en realidad es descubrir que ese pasado sigue actuando en el presente. No se trata de revivir lo que fue, sino de desmontar los mecanismos con los que seguimos atrapados en lo mismo para vivir mejor los años futuros.
El análisis es el único lugar donde la transferencia puede ser leída en acto, donde lo que parecía inamovible puede volverse flexible. Por eso la realidad cambia cuando nos analizamos, porque aprendemos a percibirla de otro modo, a desanudar identificaciones, a construir una vida menos gobernada por el destino inconsciente y más abierta a lo que verdaderamente podemos desear.
Si la realidad está hecha de transferencia, psicoanalizarse es la única forma de transformarla.
Comienza tu psicoanálisis.
¨*Virginia Valdomino Pastor /Psicoanalista