05/12/2014
Cómo se desarrolla la diabetes
Si queremos entender la diabetes y sus causas debemos primeramente examinar el papel que un tipo de azúcar llamado glucosa y una hormona llamada insulina juegan en nuestro cuerpo.
Nuestro cuerpo es un impresionante conjunto de decenas de trillones de células. Cada una de estas células lleva a cabo numerosas tareas que requieren energía. La principal fuente de energía o combustible de nuestras células es un azúcar o hidrato de carbono simple conocido como glucosa. Más aún, para algunas células, como por ejemplo, las células rojas de la sangre, la glucosa es la única fuente de energía. Hasta hace poco tiempo casi todos los investigadores pensaban que lo mismo sucedía con las células de nuestro cerebro, pero investigaciones recientes han puesto esto en duda.
La diabetes es una enfermedad que afecta la capacidad del cuerpo para utilizar la glucosa. La glucosa llega a nuestro cuerpo en los alimentos que consumimos especialmente en los conocidos como hidratos de carbono (o carbohidratos). Los hidratos de carbono se dividen en dos tipos principales: simples y complejos.
Los Niveles de Glucosa
Los niveles de glucosa en nuestra sangre varían a través del día. Cuando comemos el nivel aumenta y unas dos horas más tarde regresa a lo normal. Por lo general una persona que no ha comido durante las dos horas anteriores tiene un nivel de glucosa de entre 70 y 110 miligramos por decilitro de sangre (mg/dl). Al comer puede aumentar hasta alrededor de 140 mg/dl. A medida que las personas envejecen se produce un ligero aumento gradual en estos niveles.
En el diagnóstico de la diabetes se utilizan principalmente dos pruebas de glucosa. En la primera se mide el nivel de glucosa en ayunas. Un nivel de 126 mg/dl o más es indicativo de diabetes. En la otra prueba , llamada la prueba de tolerancia a la glucosa se mide el nivel de glucosa dos horas después de la persona haber ingerido una bebida con un contenido de 75 gramos de glucosa. Un nivel de 200 mg/dl o más en esta prueba es indicativo de diabetes. Niveles entre 100 y 125 en la primera prueba o entre 140 y 199 en la segunda indican que la persona está a riesgo de desarrollar diabetes posteriormente y algunos médicos consideran a estas personas como pre-diabéticas. Por lo general se considera la prueba de tolerancia a la glucosa como superior para predecir quien esta a mayor riesgo de desarrollar diabetes.
Los simples están compuestos por una o dos moléculas de azúcar. Los complejos están compuestos por largas cadenas de moléculas enlazadas entre sí. Nuestro sistema digestivo se encarga de descomponer los hidratos de carbono y convertirlos en glucosa. La glucosa se absorbe en el intestino delgado y va a tener a la sangre, que se encarga de distribuirla a las diversas células del cuerpo que la necesitan.
Ahora bien, las células de nuestro cuerpo necesitan cierta cantidad de glucosa para trabajar adecuadamente. Tanto las cantidades demasiado elevadas como las demasiado reducidas tienen efectos negativos sobre su funcionamiento, de modo que hay que regular cuidadosamente la cantidad que les llega. En la sangre siempre hay cierta cantidad de glucosa circulando. Por lo general, al poco tiempo de comer esa cantidad aumenta.
Por el contrario, cuando llevamos varias horas sin comer los niveles disminuyen. Para hacer su trabajo de proveer energía la glucosa no puede permanecer en la sangre, sino que tiene que entrar a las células, y para poder hacerlo necesita una hormona llamada insulina que es manufacturada y segregada por el páncreas.
Ahora bien, como hemos señalado, nuestro cuerpo requiere un nivel de glucosa relativamente estable, es decir, que no suba ni baje demasiado. Para lograr esto poseemos un sofisticado mecanismo en el que, además de la insulina, participa otra hormona también producida por el páncreas y que se conoce como glucagón.