29/05/2025
Elegirme también es familia...
Una familia narcisista es aquella donde el control pesa más que el amor.
Donde ser tú misma se siente como una amenaza.
Donde hablar, sentir o elegir diferente se castiga con el silencio.
En estas familias:
Se exige lealtad ciega. Aunque existen abusos.
Se castiga la diferencia. O la denuncia.
Se repite el dolor de generación en generación.
Se protege la imagen, aunque eso traicione la verdad.
Y el alma de la niña que crece ahí… se apaga poquito a poco.
Aprende a callar lo que duele.
A quedarse, aunque su corazón quiera huir.
A aceptar migajas creyendo que eso es amor.
Pero salir no es traicionar… salir es elegirse.
Es empezar a poner límites con amor.
Es romper pactos invisibles que hieren.
Es construir una familia nueva, aunque empiece solo por ti.
Sanar es mirar tu historia con ternura y decir:
“Yo merezco un amor que no duela”.
Y en ese camino, no vas sola.
Dios te acompaña mientras reconstruyes tu valor, tu voz y tu paz.
📖 “Aunque mi padre y mi madre me abandonen, el Señor me recibirá.”
— Salmo 27:10