22/05/2025
La piel de los niños es más delgada y sensible que la de los adultos, por lo que está más expuesta a sufrir daños por el sol, el calor, o incluso productos agresivos.
Durante los días calurosos o soleados, el uso de protector solar no es opcional, es esencial.
Aplica un bloqueador con SPF 50 o más, que sea específico para piel infantil, media hora antes de salir y reaplica cada 2 horas o después de sudar o mojarse. Además, protege su piel con ropa ligera de manga larga, sombrero o gorra, y lentes con filtro UV. Evita exponerlos al sol directo entre las 11 a.m. y las 4 p.m., que es cuando los rayos son más fuertes.
Enseñar a los niños a protegerse desde pequeños crea hábitos saludables para toda la vida y previene daños como manchas, quemaduras o incluso problemas mayores en el futuro. La prevención empieza con pequeños pasos diarios.
́aconamor