31/08/2025
Obesidad con normopeso: cuando el peso no lo dice todo.
Muchas veces se asocia la obesidad únicamente con un exceso de kilos en la báscula. Sin embargo, existe un fenómeno llamado obesidad con normopeso, también conocido como Metabolically Obese Normal Weight (MONW), en el cual una persona tiene un IMC dentro de lo normal (18.5–24.9 kg/m²), pero presenta una proporción elevada de grasa corporal y alteraciones metabólicas que aumentan su riesgo de enfermedad.
¿Qué caracteriza a la obesidad con normopeso?
IMC en rango normal.
Presencia de exceso de grasa visceral, con alteraciones metabólicas como resistencia a la insulina, hipertensión, colesterol alto y triglicéridos elevados.
Esta condición se asocia con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas, incluso de algunos tipos de cáncer.
¿Qué tan común es?
Estudios muestran una gran variabilidad: la prevalencia estimada de MONW va desde cerca del 5 % hasta un 45 %, dependiendo de la definición y la población estudiada.
Un meta-análisis mundial estimó una prevalencia promedio del 26.8 % entre personas con IMC normal.
En algunos estudios poblacionales, como en China, se reportó que alrededor del 16 % de adultos con normopeso cumplen criterios de MONW.
¿Qué factores influyen en su aparición?
La distribución de la grasa, especialmente la obesidad central (a nivel de cintura), es un factor clave que explica muchas de las alteraciones metabólicas observadas en personas con MONW.
Además, factores como edad, s**o, trayectoria familiar, nivel educativo, dieta y actividad física influyen en el riesgo de desarrollar este perfil metabólico.
¿Por qué es importante detectarlo?
Porque quienes presentan MONW tienen riesgo elevado de padecer diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, hígado graso e incluso ciertos tipos de cáncer —como mama, endometrio, colorrectal y hepatocarcinoma— sin que el IMC lo advierta.
¿Cómo se diagnostica?
No basta con el IMC. Se requiere una evaluación más completa, que incluye:
Medición de cintura y composición corporal.
Evaluación clínica y de laboratorio: glucosa, lípidos, presión arterial, insulina, entre otros.
El mensaje es claro: un peso “normal” no siempre significa estar metabólicamente sano. Por ello, la atención médica debe ir más allá del IMC y enfocarse en la salud integral de cada persona.