27/08/2025
📉 Trump legisla, los hijos se enriquecen
Donald Trump regresó a la Casa Blanca en 2024 convertido en el primer presidente criptobro. Lo que podría parecer un capricho ideológico es en realidad un negocio familiar colosal. Él dicta las leyes, sus hijos invierten y la burbuja cripto se infla.
El 13 de agosto de 2025, Eric y Donald Jr. tocaron la campana del Nasdaq tras cerrar una operación de 1.500 millones de dólares con ALT5. ¿El objetivo? Inflar los tokens de World Liberty Financial (WLFI), la empresa cripto creada junto a su padre. Tokens sin uso real, no transferibles y bloqueados “indefinidamente”. Una estafa de manual, pero con sello presidencial.
Eric Trump cofundó American Bitcoin en marzo, fusionada después para cotizar en bolsa, y ocupa asientos en consejos de empresas que acumulan bitcoin como si fueran reservas estratégicas. Donald Jr. invirtió en 350.000 acciones de Thumzup, una start-up prácticamente quebrada, solo porque quería guardar criptos en su balance.
Las alianzas de los Trump dibujan un mapa inquietante:
Binance, acusado de desviar miles de millones, se libra de demandas en EE.UU. justo cuando se alía con WLFI.
El fondo MGX de Abu Dabi inyecta 1.765 millones de euros en USD1, la stablecoin familiar.
Justin Sun, señalado por facilitar transferencias de criptomonedas a grupos armados en Oriente Medio, invierte 75 millones de dólares y se convierte en asesor de confianza.
El resultado es brutal: en apenas 9 meses desde las elecciones, la familia Trump ha amasado 4.500 millones de dólares. Todo al calor de la legislación impulsada por el propio presidente. Y cada tuit de Eric Trump o cada anuncio desde el Despacho Oval es capaz de mover miles de millones en el mercado.
Lo que en cualquier país se llamaría uso de información privilegiada en EE.UU. se maquilla como “opiniones personales”. Cuando Eric recomienda comprar ether en redes sociales y borra el mensaje tras mover el precio, el daño ya está hecho.
Aquí no hablamos solo de enriquecimiento ilícito. Hablamos de una democracia reducida a casino familiar, con el Capitolio convertido en sala de juntas y el Despacho Oval en oficina de marketing. Un nepotismo obsceno que convierte a la ciudadanía en clientela cautiva.
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Artículo completo:
Papá legisla, los hijos se enriquecen
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Cuando el poder político se confunde con el beneficio privado, la democracia se convierte en un cajero automático familiar.
